LEYENDAS Y MITOS LA “VACALORIA” DE VILLARBURA
(actualizamos una entrada de fecha 19.11.2021)
Villarbura era, como muchas alquerías
leonesas desaparecidas, un poblado que pertenecía al municipio de Cuadros, en
la baja ribera del Bernesga.. A un tiro de piedra de la cabeza del municipio,
puede aún observarse una torrentera producida por la erosión de las aguas, que
explican los naturales mediante una significativa leyenda. Algo parecido a
esto (que como muchas leyendas se repite en muchos lugares distintos):
"Un rico propietario,
poseedor de una hermosa vaca, empezó a comprobar que su animal presentaba la
ubre escuálida y seca, cuando fechas atrás sus tetas habían sido todo un
símbolo de la abundancia. Intentó buscar las razones de aquella anormalidad y
para ello optó por el simple método de vigilar a la vaca.
Luego de una paciente espera,
pudo observar que, cada atardecer, una gigantesca
serpiente reptaba por los riscales y sigilosamente se acercaba hasta el
tranquilo animal y, trepándole por las patas, le mamaba con avidez. Incapaz de
enfrentarse a la monstruosa culebra, se le ocurrió urdir una treta.
Fabricó un ungüento, mezclado con pólvora, y con él restregó toda la ubre de la vaca. Volvió la serpiente como cada jornada a la cata de su preciado alimento y lo engulló ávidamente como era su costumbre. Con la leche tragó el ungüento. El efecto de la pócima no se hizo esperar. Al instante el reptil se hinchó cual si fuera una pelota, siendo incapaz la piel de sujetar la presión de sus entrañas. Aquel monstruoso cuerpo explotó, voló por los aires, formándose de él la más negra nube que conocieron los lugareños, que descargó sobre tal punto un tremedo aguacero, que arrastró hasta las profundidades del valle parte de la ladera. La impresionante tormenta configuró el socavón que aún hoy se contempla, aunque erosionado."
*
Nota número 1:
Hay versiones similares en puntos de Las Hurdes, y en el pueblo de Santas Martas, desaparecidos, en la zona de Piedrasechas y Los Calderones.
Dicen que la serpiente, entre los diferentes significados, hay uno que se refiere a la regeneración: se transforma, desaparece, aparece y, en consecuencia, muestra las pautas de la inmortalidad. La serpiente nos evoca con meridiana claridad el destino de la luna, que no sólo juega con las enunciadas pautas regeneradoras, sino que llega a la completa asimilación con la sierpe. Así, los anillos del reptil contabilizan los días del ciclo lunar.
Luna y serpiente desempeñan
una misma función, ya que tanto de la una como de la otra dependen la fertilidad
de los animales, de los hombres y de las plantas. Es creencia común que el
ciclo del satélite dicta el ciclo de la mujer y, por ende, influye en su
fecundidad. Esta función la desempeña
igualmente la serpiente, como epifanía de la luna que es. Hay fábulas que
cuentan cómo una mujer concibió un hijo por la sencilla razón de que una
culebra rozó sus muslos cuando aquélla se zambullía en el río. Bastó con que la
culebra le tocara la vagina para dejar
embarazada a la mujer menstruante.
Es la
serpiente todo un emblema del agua: se esconde en la sima o en la fuente,
desencadena el diluvio y fecunda la tierra en todas sus dimensiones. Como la
serpiente y como la luna, las aguas aparecen y desaparecen, es decir, se
regeneran.
Por otro lado, la vaca, es símbolo de la abundancia, de la tierra aún estéril que espera la lluvia - sólo la lluvia - para ser fecundada. Hasta ella, en la fábula, se acerca la serpiente en su valencia destructiva, aniquiladora y de muerte. Aniquila la fuente de la vida, manifestada en la leche, pero también la regenera nuevamente.
Esto nos indica que nos hallamos ante lo que participa de los arquetipos de algunos de los mitos prerromanos.
Tengo en mi memoria de niño
una leyenda, mito o fábula, muy similar; que ahora me explica algunas cosas que
en aquella inocente época sólo se quedaban en una nebulosa de misterio y de
miedos. Se trata de lo que se contaba en las noches de filandones del invierno
sobre la “vacaloria”. Algunas veces lo llegué a escuchar desde la cama, en el
piso de arriba, encima de la cocina; lo que era para mí más tétrico y
fantasmagórico, y me mantenía toda la noche en vela. ¡Lo que hacía mi
imaginación calenturienta!
“Vacaloria” es, en leonés, lo
que en algunos lugares llaman sacabera, de igual manera que en
Asturias. En nuestra tierra vecina asturiana se dice (o decía) refranes como estos:
Si te muerde la sacabera, nun te da tiempo a prender la vela”
(Robléu, Llanera). Murdedura de sacabera, el confesor a la vera” (L.lendepín,
Cuideiru).S i te muerde la sacabera, nun oyes misa entera” (Corias, Pravia). Si
te muerde la sacabera, nun oyes misa entera; si te muerde l’escarpión, nun oyes
nin misa nin confesión”.
Si bien ambos nombres se
refieren a la salamandra, en general
se dice “vacaloria” a todo animal venenoso, como puede ser también algún tipo de serpientes o culebras.
Pues bien: las historias
fabulosas que yo escuché de niño siempre hablaban, todas, de las “vacalorias”, que dejaban secas las
ubres de las vacas, que en aquellos tiempos pasaban muchas horas en los prados,
en los bosques y en los sotos de las riberas de los ríos.
Algunos vestigios están en las fotos, tomadas de la red sin ánimo de lucro...
Fuente: mapio.net
AceSaL(agf/2021)
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