María elige "resurrección"

 María elige "resurrección"

Resucitar no es tanto devolver la vida a un muerto, sino más bien renovar, dar nuevo sentido a algo; y con ello dar un nuevo ser: crear de nuevo.
“Re-suscitare” es levantar otra vez, avivar de nuevo. Y si “suscitare (sub-citare)” es mover, alzar, cambiar, reanimar el fuego, provocar que te levantes y cambies…, resucitar es volver a llenar de inquietud. Es decir: devolver un muerto a la vida, que no es lo mismo que devolver la vida a un muerto.
Los relatos bíblicos del Jesús hombre, amigo de sus amigos, parecen un tanto crueles y poco humanos. Dejar que su amigo Lázaro muriera resulta un poco extraño, pues hace pensar que permite su muerte para hacer después un milagro.
Pero el verdadero milagro de la resurrección ya lo había hecho Cristo con María, una de las hermanas de Lázaro. Su otra hermana, Marta, andaba siempre atribulada con muchas cosas sin importancia (incluidas las de atención al amigo con banalidades), mientras María se limitaba a sentarse al lado de Jesús para escucharle.
Por eso Jesús le dice a Marta que su hermana había “resucitado” de la mejor manera, eligiendo “la parte que no le será quitada”.
Lo importante en la vida es lo que nos debe “concitar”- “cum citare” -: hacernos cambiar; frente a un Vesubio que nos llena de inquietudes ante las amenazas mortales. Mortales por humanas.
(agf/Pensamientos/2mil24)
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