PARADIGMA
Del latín tardío paradigma,
y este del griego παράδειγμα parádeigma.
Ejemplo o ejemplar. Prototipo, modelo, arquetipo, muestra,
pauta, canon.
Es verdad que las palabras conforma un libro. Y un
libro, sin duda, puede contener en sí mismo la puntual exposición de las
palabras en un lugar llamado “vocabulario”; que no es exactamente es lo mismo
que “diccionario”. Este último puede ser
un repertorio o conjunto de palabras de un idioma (por ejemplo de una región),
que a veces se queda en un mero catálogo o glosario mínimo. Pero el “vocabulario”
va más allá del territorio, incluyendo las diversas actividades de los
vivientes de ese territorio y en todas sus vertientes.
Por eso creemos que un libro debería ser un ejemplo, o
la ejemplar cita de lo que es un “paradigma”.
“Paradigma” es exactamente eso: un ejemplo y una
teoría en su conjunto, para resolver un problema y para avanzar en el
conocimiento.
No en vano un libro se compone de palabras, y por lo
mismo, en el sentido lingüístico, no deja de ser una relación de elementos fonológicos,
morfológicos o sintácticos, que recomponen un gran contexto de cultura y conocimiento.
Y dentro del edificio que es el libro – y formándolo
–están las palabras, y sus “paradigmas”. Es decir: sus pautas, sus arquetipos y
sus cánones, que son “ejemplo y ejemplares” de la construcción.
“Los paradigmas de las palabras” pueden ser: “flexivos”,
de una misma morfología, pero con sus vertientes de grado, número, tiempo…
Y también “derivativos”: de una misma raíz, pero que crecen en troncos y
ramas, llegando a ser hermosas y distintas. Los “paradigmas derivativos” son,
así, como los árboles que crecen, engordan, ramifican, florecen y dan frutos;
todos de la misma raíz, pero con diferentes bellezas adquiridas.
Sin embargo, también “diccionario” puede tener en sí
mismo un nuevo “paradigma”, cuando no se limita a recoger expresiones de una lengua
(o traducirlas), sino que se decide en
añadir a su definición una equivalencia (también las diferencias), o una
explicación que enriquece la lengua, el idioma o el habla local.
Queremos componer un libro hermoso “lleno de paradigmas”, de ejemplo vivos, aunque antiguos – o antiguos, pero vivos – heredados de nuestros mayores, que son nuestras raíces. Para volver a disfrutar de esos troncos, gordos o esbeltos, en todos sus crecimientos diversos; y admirar el ramaje hermoso y gozar de los deliciosos frutos de nuestra “habla papueta”, que es ejemplo y ejemplar de nuestro viejo pueblo.
Va por nuestros antepasados.
Y por – y para - nuestros venideros.
agf/2mil24
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