El truco de las OSTIAS y las HOSTIAS…en España, y en Europa.
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Dejando aparte lo religioso, (hostia: oblea sagrada, pan ácimo, cuerpo de Cristo), para que nadie se sienta excomulgado, vamos a discurrir por estas dos formas de palabra, y sus significados.
Pero también “hostia” – sola o acompañada – tiene muchas significaciones, casi todas malsonantes: “mala hostia”, es mala intención; “a toda hostia” puede ser a toda velocidad; “ser la hostia, o de la hostia”, es hablar de algo extraordinario; ¡la hostia! es: ¡la leche!
Eso hablando del español. Pero si pasamos los Pirineos y contemplamos su manera de hablar - y de sentir - tropezamos con algo similar en sus malos significados. Golpe o bofetada para los galos es la “malson”, que es: “donner un coup, des coups…” O peor aún: “Un choc brutal que lón subir quelqu`un pour faire mal = blesser”. Es decir “Conmoción brutal, choque o golpe, que le hacemos pasar a alguien para lastimarle o herirle…”
No me dirán ustedes que a ambos lados de los montes que nos separan, no nos unen los mismos golpes de las palabras, y de los hechos – y de las realidades – que nos dejan igual de asombrados y temerosos!!!
Algunos estarán pensando ahora en las protestas de los agricultores (“les agriculteurs”), que son verdaderamente ¡la hostia!. Pero otros también pensamos en nuestras protestas silenciosas – o silenciadas por los políticos de ahora – que nos preocupan, o deberían preocupar, en la parte sur de la cordillera que sigue sin unirnos a Europa. Porque en esa vertiente sur, el vocablo “malson” significa “pesadilla”. Y lo es.
¡ Quelqu`un nous fait du mal. Oui, monsieur !
Al paso que nos van dejando el campo, y los países, vamos a tener que comer ¡ostias!,... y no precisamente ostras.
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