PERO ¿Y LOS PUEBLOS VACIADOS?
La ruina final de Eslonza comenzó con la Desamortización de Mendizabal en 1836, subastando malamente restos aún importantes, y dejando los demás para la venta desalmada pieza a pieza, y permitiendo los constantes saqueos, hasta la pérdida de todo el patrimonio artístico, a pesar de ser declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931, sin las medidas de protección necesarias.
Al parecer, hasta la Diputación
provincial de León llegó a barajar la posibilidad de recuperar el sitio
arruinado para establecer en él un centro psiquiátríco nacional. Pero las penurias derivadas de los tres años
de la guerra civil, y los años de
postguerra, desmontaron todos los planes; y se propiciaron los expolios y apropiaciones
de elementos aún valiosos, por los pueblos aledaños, y alejados; e incluso
desde la capital de León.
Si bien la más sonada y lamentable apropiación
fue la del Obispo Almarcha para la iglesia de Renueva, no hay que olvidar el
destino (casi siempre desconocido) de obras importantes.
Los objetos de culto por muchos pueblos de la
zona, y otros valores de arte a zonas más alejadas. Por ejemplo: cuadros de
Velázquez, mobiliario sacro, retablo, púlpitos, sillerías del coro, relojes,
campanas; bases de columnas, capiteles, piedras labradas en el pueblo de
Villamáñan.
También el arca de plata que contiene las reliquias de San Adrián y de su esposa
Santa Natalia. Mide 40 centímetros y es de madera forrada por una chapa fuerte
de plata cincelada en la que se representan escenas de la vida de los santos mártires,
que se encuentra actualmente en el monasterio de las Carvajalas de León.
No queremos despreciar lo que supone
poder admirar ahora los restos arquitectónicos de Eslonza en la iglesia de
Renueva; pero sí convendría meditar, mirando atrás, los tristes motivos de esta
inmerecida fuga de historia, tradición y arte…
de los pueblos cargados de nuestra historia como reino, en tantas
formulas de apropiaciones desaprensivas, que nos han llevado a la vacía
realidad de nuestra “España vaciada”.
¿No imaginamos cómo podría estar hoy Santa
Olaja de Eslonza, y su gran Monasterio y Abadía, si se hubieran hecho las cosas bien, a su tiempo?
¿Y lugares bien cercanos, como San
Miguel de Escalada, igualmente tan valioso, e inmerecidamente expropiado de su
alma única?
Algo
más deberíamos hacer. O hacer que hagan los responsables.
Algo más de lo “algo bueno que sí se la
llevado a cabo recientemente”; aunque haya sido muy tarde.
Como esto:
Trabajo premiado, de Rodríguez Valbiuena Arquitectos, León.
(AGF/2MIL24)
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