Asunción Carracedo, la encantadora de niños
en Mansilla de las Mulas
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Ser
escritora – y sobre todo contadora – de cuentos para niños (y para no tan
niños) tiene mucho de ser encantadora, portadora de magia. Y con algo tan
sencillo, de diario, como son las palabras.
A
pesar de que las palabras no tienen nada de sencillo y de fácil en los cuentos
infantiles; comenzando por los títulos. Aunque todas ellas sean usadas a
diario, las palabras deben estar ordenadas – en el cuento y en el título – de
una forma especial, para que nos entendamos los niños de todas las edades.
Por ejemplo:
una frase bien armada puede ser esta: “Toco
la luna cada noche”; pero no resulta atrayente, ni atractiva, si la ponemos
en un título. Es tan vulgar decirlo así, que incluso los niños más mayores la
rechazamos. No nos atrae nada.
Probamos
a decir “Toco cada noche la luna”; y
nos queda aún un gustillo en la punta de la lengua parecido a ese jarabe de la
tos que nos obliga a tomar la madre, o la abuela. Y lo escupimos casi de inmediato.
Damos
una vuelta más al título, como hace Asunción la encantadora, y aceptamos de
inmediato “Cada noche la luna toco”.
Este título es tan raro, tan poco ortodoxo en la sintaxis…; pero nos provoca un
salivado de gusto y de ganas de leerlo o escucharlo.
En
el verano del año 2016 Asunción Carracedo llenó una tarde con la magia de los
cuentos para niños en Mansilla de las Mulas, lugar ya de por sí mismo mágico y
de leyendas, y de “oyendas” tan especiales.
Se cuenta en un libro de cuentos religiosos que existe (o existirá ) un reino , al que sólo se puede (o se podrá) entrar convirtiéndose y portándose como niños. Toño Morala y menda no creemos mucho en esos cuentos; pero aquella tarde en Mansilla gozamos como niños, os lo aseguro.
Un cuento infantil tiene mucho de poema.
(agf/2mil24)
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