MONASTERIO ("donde habita un hombre solo") - BUSCAR A DIOS EN SOLEDAD

La Poesía, que nace en la soledad, puede ser muy bien un Encuentro con Dios...
        

Deberíamos ser capaces de encontrar a Dios sin salirnos del mundo. Y realmente podríamos hacerlo, porque somos parte del mundo: del Universo que conformamos y admiramos; comenzando desde nosotros mismos. Y somos - deberíamos ser - una “potencialidad de acción y de adoración”. Lo decía muy bien T. de Chardin: 

    “Establezcámonos en el Medio Divino. Nos encontraremos en lo más íntimo de las almas y en lo más consistente de la Materia. Descubriremos, con la confluencia de todas las bellezas, el punto ultra vivo, el punto ultrasensible, el punto ultra activo del Universo. Y, el mismo tiempo, sentiremos que se ordena, sin esfuerzo, en el fondo de nosotros mismos, la plenitud de nuestras fuerzas de acción y de adoración.

(Pierre Teilhard de Chardin, “El Medio Divino”)

***

 

       La vida contemplativa ha de ser una alternativa al vacío existencial, que en estos tiempos nos agobia con más fuerza; y con menos capacidad, o tal vez con menos ganas de resistencia, por nuestra parte.

     El hombre es un habitante del mundo; pero el mundo actual se lo está devorando, porque se han perdido los valores más humanos y más íntimos, que nos llevan a la verdadera y necesaria búsqueda de la unión con Dios.(Sea el dios que se quiera) . En realidad, Dios es nuestra “habitación en soledad”, en cada momento de nuestra existencia. Y debemos aprender a “buscar a Dios en Soledad”. Sólo así podrá venir después la dimensión hacia el otro, que debe ser el encuentro de Dios en los otros, semejantes y diferentes, como semejante y diverso es el Universo.  


Un monasterio, desde sus orígenes orientales, es un lugar apropiado:

 - PARA LA ATENCIÓN A DIOS,

- PARA EL RETIRO;

- Y PARA LA VIDA CONTEMPLATIVA CONSAGRADA.


        "La vida consagrada":  Se busca el espíritu contemplativo, que requiere un lugar privilegiado, con el necesario alejamiento del bullicio, y de la vida anterior. Y se hace por "celo" (amor loco por Dios). Y lo primero que se descubre es lo insufrible de la vida anterior, por ofensiva a Dios. 

Es necesario desasirse, desligarse de la vida pasada; para instalarse en dios, hacer morada cerca de Dios; para así alcanzar la experiencia divina. El resultado es lo místico, que es alcanzar un saber de otro orden, fuera de lo humano...

   


   Esa consagración se ordena, se regula. Así, llegan a ser personas enteramente consagradas a Dios (en general mujeres). Y lo hacen, unas veces por determinación personal, como el rey
Nabodid ; otras por el "eresum", o deseo expreso de Dios; otras por tradición familiar...

       La persona consagrada entra en casa cerrada (clausura), a través de un matrimonio; con todos sus símbolos: dote, regalos mutuos, ritual de los anillos, de los velos, presentación y/o entrega paterna con un cordón atando las manos, para ligar a Dios; cambio de nombre, unción con aceite...
       La dedicación a Dios es un servicio entero, con oraciones y trabajos. Oraciones de intercesión por los demás... 
      Y al final de su vida, "Dios invita al consagrado a su banquete". 

***

"El medio más eficaz para la conservación de las iglesias es abrirlas al culto. Y para un Monasterio: darle vida”.

Hace ya muchos años que Amado Cancelo y yo (y otros muchos) coincidíamos en algo bien práctico para recuperar, preservar y conservar la vida cultural, histórica y sagrada del Monasterio de San Miguel de Escalada. Hace ya una docena de años. Pero hoy me he dado cuenta de que el tiempo es relativo. ¿Qué son doce años en los últimos cien de la vida del Priorato? ¿Qué son doce años en los casi 1.100 desde su fundación? ... Los años son, - de eso también me he dado cuenta - repetidos pasos de los descuidos de los hombres. Hasta de los sabios y de los santos.

Hace muchos años Amado y yo fuimos a ver a nuestro Obispo de León con una carta en las manos. Nos recibió su Vicario, que hizo de tal. Y amén de hablar de otras muchas cosas, le dimos esta carta:

Excelentísimo y Reverendísimo Señor Obispo de León:

 Permítanos que nos presentemos "a la pata la llana". Somos representantes de la Asociación Cultural y Recreativa Priorato de Escalada. Podríamos decirle a su Excelencia Reverendísima que somos diocesanos de su sede apostólica, rica en historia y arte. Algunos, feligreses del pueblo que se honra con tener en sus tierras la más bella de las joyas mozárabes. Otros, feligreses de León; y de los demás pueblos que nos han ido acogiendo en cada destierro inevitable. Pero todos hijos, naturales y adoptivos, de este querido pueblo de San Miguel de Escalada.

... Este año 1997 queremos pedirle su beneplácito y su ayuda para:

1.- Recuperar la figura oficial del Rector del Priorato, que su antecesor Don Luis Almarcha solemnizó en el año 1948, con la intención de perpetuarla.

2.- Despertar así la vida, casi hibernada, de este Monasterio, que fue Abadía, Priorato y Rectorado. Y de paso la vida anquilosada de este pueblo de San Miguel de Escalada, volviendo a celebrar la fiesta d su Santo.

3.- Reasumir, desde la sede de su Obispado, el empeño y el celo de defender el arte, la historia y la cultura de esta zona, que fue, antaño, tan privilegiada.

4.- Tener a mano la ocasión de acrisolar en el espíritu de los seminaristas de hoy el amor por esta joya mozárabe. Y aplicarla también a los que perdieron la ocasión en este paréntesis de olvido de cerca de cincuenta años....

Por todo lo dicho, y para alcanzar nuestro sueño en este mismo año, concretamos:

1.- QUISIERAMOS conocer a quien podamos llamar nuestro Prior. Y tenerlo a nuestro lado en todos los anhelos y trabajos.

2.- QUISIERAMOS poder solemnizar el día de San Miguel, en el primer domingo siguiente al día 8 de Mayo, con una Misa grande en nuestro Priorato, con la asistencia de seminaristas de hoy, y de cuantos quieran recuperar los años olvidados.

3.- QUISIERAMOS tener, al menos un domingo de cada mes, Misa en nuestro Monasterio, desde el San Miguel de Mayo (día 8) al San Miguel de Septiembre (día 29).

4.- QUISIERAMOS tener en su Sede Apostólica el valedor seguro donde apoyar nuestros afanes y esfuerzos, para esplendor de nuestro pueblo, de nuestra tierra bendita, de nuestro Monasterio y de nuestro glorioso Santo.

Si conseguimos la gracia de su "sí", le prometemos nuestros mejores trabajos. Y de parte de la gente agradecida de este pueblo, a la Virgen, Nuestra Señora de Escalada el canto de una Salve.

***

Es una delicia leer a Amado Cancelo en su último libro, "Trayectoria histórica y monumental del Monasterio de San Miguel de Escalada". Además de su gran aportación de datos documentales y bibliográficos, que hacen de su texto un "libro de fuentes" impresionante, Amado nos deja un montón de sencillas perlas propias, con soluciones prácticas. De soluciones que no se aplicaron. Y, que de haber sido aplicadas, habrían cambiado el curso de los acontecimientos, demasiadas veces tristes, alrededor del Priorato de Escalada.

El capítulo décimo de este libro lo titula y dedica a la Declaración de Monumento Nacional y de las Restauraciones. Y los subtitula, al estilo de Don Miguel de Cervantes, "Peripecias de la Comisión Provincial de Monumentos, escaqueos del obispado y soledad del Priorato".

La Comisión de Monumentos tuvo muchas y buenas acciones para proteger el Monasterio. Y sobre todo un personaje esencial: Don Ramón Álvarez de La Braña. Don Ramón sabía que para conseguir los fondos necesarios a fin de restaurar las iglesias era preciso que antes San Miguel de Escalada fuera declarado Monumento Nacional, cosa que consiguió de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Real Orden del 28 de Febrero de 1886. Mas los fondos no llegaron de la noche a la mañana. Y las dos iglesias de Escalada se seguían deteriorando, a pesar del título honorífico.

En 1887 se autoriza aplicar 17.000 pesetas para los más apremiante. Y se presenta un proyecto de restauración de las dos iglesias con 110.487,13 pesetas de presupuesto. En 1892 se habían puesto los andamiajes de las obras, pero estas obras se pararon. En 1894 siguen paradas. En 1895 se intenta "dar marcha", pero las obras no se ven por ninguna parte.

     
  En medio de todas estas demoras, Don Ramón Álvarez de La Braña entendía que "el medio más eficaz para la conservación de las iglesias era abrirlas al culto". En 1898 se interesa al Obispo de León para este propósito, pero la verdad es que ni obispado ni pueblo estaban por la labor. Los feligreses estaban cómodos en la ermita de San Antonio, en mitad del pueblo de Valdabasta. No se hizo caso. Aunque la Comisión de Monumentos seguía pensando lo mismo: abrir las iglesias al culto. En el año 1900 el Obispo de León lo vuelve a "escuchar gustosamente", pero no pasa de ahí. En el año 1903 plantean ofrecerle un capellán para vivir en la casa adherida al Priorato (actual casa del guarda). Pero ni obispo ni párroco dan los pasos necesarios. Es más, en años sucesivos parece que no hay buenas relaciones con la Comisión de Monumentos, que deniega el permiso al párroco, Don Federico Avecilla (1913), para aprovechar piedras y madera del panteón románico, para obras en su casa rectoral, abajo en Valdabasta. No había entendimiento; está bien claro. Y estos son los "escaqueos" que llama Amado.

Este mismo año 1913 la comunidad de los Padres Capuchinos de León se interesó en celebrar una fiesta religiosa en San Miguel, y llegaron a pedir establecer allí una residencia, para devolver la vida y el culto a sus iglesias. Pero estas buenas intenciones, "fuéronse, y no hubo nada". A pesar de la unión y la querencia de los franciscanos por Escalada, debido, sin duda, a que dos hijos del pueblo fueron hermanos notables de la comunidad capuchina: Fray Junípero de Escalada, misionero en Maracaibo, Venezuela, que era tenido en olor de santidad; y el filósofo, teólogo, historiador y divulgador Padre Marcos de Escalada, autor de un esbozo histórico de San Miguel de Escalada admirable.

Las peticiones de la Comisión al Obispo para que se hiciera cargo del Priorato continuaron en los años siguientes:

- 1914, se propone que sea el obispado el que establezca una residencia en la abadía, cosa que no hace.



- 1916, la ermita-parroquia, en el pueblo, está en obras y se pide el uso provisional de la iglesia mozárabe mientras duren las mismas. Pero las obras se terminan en unos meses y en...

- 1917 vuelve el culto a la ermita. El pueblo ya se había acostumbrado a tener la parroquia entre sus casas, y el Priorato quedaba demasiado lejos... y demasiado arruinado.

- 1918, muere Don Juan Eloy Díaz, gran impulsor de estos intentos de la Comisión de Monumentos, y el interés va decreciendo. Y van mermando los compromisos económicos para las obras de restauración y de mantenimiento, con una disculpa repetida, muy de esta tierra: "se harán las obras cuando el tiempo mejore". ¡Y nunca ha mejorado, desde entonces!

***
Hace doce años que Amado Cancelo y yo estamos esperando a que "el tiempo mejore"... Amado se ha ido a descansar. No es que se haya ido del todo. Él nunca lo hace. Está con Fray Junípero de Escalada, y con el Padre Marcos de Escalada... ¡Vaya trío, por Dios!

 

                                       (fuente de Amado Cancelo)

XLI

Un buen medio para conservar las iglesias restauradas: abrirlas al culto.

 Durante las obras de restauración, concretamente el día 24 de abril de 1896, falleció Don Juan López Castrillón, que tenía el cargo de Vicepresidente de la Comisión, y fue por D. Ramón Álvarez de la Braña.

La preocupación principal, respecto a Escalada, de D. Ramón es la conservación de “las iglesias”, y estima que el medio más eficaz es abrirlas al culto.

En la sesión que preside con fecha 16 de abril del año 1898, se nombra a los Sres. D. Eloy Díaz Jiménez, D. Policarpo Mingote y D. Arsenio Alonso Ibáñez para que se pongan de acuerdo con el arquitecto de la restauración, D. Juan Bautista Lázaro, e interesen al obispo de la diócesis que se abra al culto el templo, utilizándole como iglesia parroquial de Val de San Miguel de Escalada.

La Comisión estimaba que la mejor forma de conservar las iglesias era haciendo uso de ellas, prueba evidente de que si habían llegado sin caerse hasta la restauración había sido por el uso que de ellas hizo el pueblo después de que el priorato dej ase de ser convento.

Pero en este momento que la Comisión determina proponer al Sr. obispo que se abra al culto, el pueblo ya tiene acomodo para sus actos religiosos en la ermita de San Antonio, sita en el barrio de Valdabasta, y el obispo no tiene interés en dar a la iglesia destino de parroquia ni otro superior religioso.

Desconocemos lo que el obispo contestó a los citados emisarios de la Comisión, pero de nuestros apuntes deducimos que no fueron sus propuestas debidamente atendidas, pues pasaron más de dos arlos sin que la Comisión hiciese referencia alguna a este respecto.

En el mes de noviembre del año 1900 volvemos a encontrar anotaciones de interés. Los miembros de la Comisión han cambiado. La sesión de este mes la preside el Sr. Gobernador, D. Ramón Tojo Pérez, y actúa de Secretario D. Salustiano Posadilla.

En la citada sesión, D. Juan Eloy Díaz Jiménez dio cuenta de que el día 10 de septiembre último había estado en San Miguel de Escalada con D. Juan Bautista Lázaro, Arquitecto Director de las obras de restauración de la iglesia Monumento Nacional, "con el objeto de hacerse cargo de dicho Monumento en nombre de la Comisión para atender a su custodia y conservación hasta que la autoridad eclesiástica se hiciese cargo de él; y al efecto se levantó un acta firmada por los dos en la que consta el inventario de entrega". 33

33 Ignacio González V-Ibañez. "Restauración M. en España durante el siglo XIX. pág.210.



La Comisión agradece al Sr. Jiménez este servicio y al mismo tiempo le encarga que gestione ante el obispo que se abra al culto y quede bajo la custodia del párroco de San Miguel.

La fecha del día 10 de septiembre del año 1900 se puede considerar como la fecha en que se terminaron las obras de restauración que comenzaron en 1896. También comenzaron las dificultades para atender a su conservación, como veremos.



XLII

Siguen las gestiones de la Comisión para abrir las iglesias al culto. "Un capellán
podía vivir en la casa adherida al priorato".

El día cuatro de diciembre del año 1900, el Sr. Díaz Jiménez, que preside la sesión como Vicepresidente que es de la Comisión, dio cuenta de la gestión realizada ante el obispo para que en nombre de la misma abra al culto el templo de San Miguel de Escalada, quedando el Monumento bajo la custodia del párroco respectivo; y expresó su satisfacción personal "porque el prelado había acogido la pretensión, e incluso ofreció no sólo acceder a lo solicitado, sino contribuir con recursos para hacer algunas obras necesarias para las celebraciones religiosas".

Sin embargo, tres años después, en el mes de abril de 1903, D. Juan Eloy Díaz Jiménez se lamenta de que a pesar de la buena disposición del prelado de abrir al culto el monasterio, no se haya podido realizar; y expresaba su preocupación y pedía al Sr. Gobernador que interviniese "con el fin de que fuese nombrado por el obispo un coadjutor o capellán, que podía utilizar como vivienda la casa adherida al edificio (la casa del guarda, que aún existe) y dar culto permanentemente en la iglesia". Porque D. Juan Eloy Díaz Jiménez estaba convencido de que el único medio de conservar los edificios era abrirlos al culto, o sea, que fuesen utilizados.


Pero el obispado no estaba por esa labor, aunque no negaba su deseo de abrirlas a la celebración religiosa. Es posible que en estos años ya encontrase dificultades en el mismo párroco del pueblo.

Porque en el año 1913, el párroco, D. Federico Avecilla, se dirigió a la Comisión solicitando se le concediesen maderas y piedras existentes en el panteón (iglesia románica). Sin duda era material que necesitaba para la casa rectoral que en dicho año estaba construyendo en el barrio de Valdabasta, cerca de la ermita de San Antonio que le estaba sirviendo de iglesia parroquial, claro signo para el obispo de que el párroco no deseaba volver al monasterio.

La Comisión, presidida por D. Eloy, contestó a D. Federico diciéndole que no podía acceder a su petición porque convenía a la misma tener a su disposición dichos materiales para las contingencias o reparaciones que ocurran.

Vemos que el párroco del pueblo intenta preparar la ermita para continuar diciendo misa en ella, pues la gente del barrio de Valdabasta donde está situada prefiere tener su iglesia cerca de casa. D. Juan Eloy, si quería que la iglesia del priorato tuviese culto, tendría que lograrlo con nuevas gestiones en otros centros.




Casa para servicio del personal encargado de vigilar y enseñar El Priorato: 

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Construida posiblemente cuando El Priorato fue declarado Monumento Nacional y se procedió a su restauración. El sobrestante de las obras recogió en ella las imágenes y la caja que contenía los restos de San Gonzalo (ver cita 82). La Comisión de Monumentos se la ofreció al Sr. obispo para que viviera en ella un capellán encargado.


XLIII

Los PP. Capuchinos de León se interesan por la iglesia de San Miguel.

Creo que el Sr. Jiménez recibió una gran alegría cuando en el mes de julio del año 1913, los frailes de la comunidad de San Francisco piden a la Comisión que se les permita celebrar una fiesta religiosa en San Miguel. La Comisión acuerda concederles lo que pedían, pero sin llegar el caso de establecer una residencia.

Aparte de la precaución tomada, la Comisión siguió tratando de la conveniencia de abrir al culto las iglesias y ponerlas bajo la custodia de alguna comunidad religiosa o misión de ésta, que atendiese a su conservación, y facultó a D. Juan Eloy Díaz Jiménez para ponerse de acuerdo con la comunidad solicitante, así como para entenderse sobre el establecimiento de una misión o residencia, renovando el culto y la tradición del antiquísimo monasterio.

Considero, indudablemente, que la mejor forma de conservar las iglesias hubiese sido entonces, y lo es hoy, instalar a su lado una comunidad religiosa. Y no nos sorprende que fuesen los franciscanos quienes se interesasen en celebrar en el priorato la festividad religiosa de San Miguel, e incluso que a ello moviese la idea de permanecer en el lugar como prolongación de la comunidad franciscana de León, pues este convento


 mantuvo siempre unas especiales relaciones con los priores de Escalada, especialmente después de la desmembración de las dos terceras partes de los bienes para los dominicos de Santa María de Tríanos, como lo prueban los siguientes hechos:

En 1626 el prior D. Lucas Gómez de Burón deja expresado en su testamento que desea ser enterrado en el monasterio de San Francisco; en 1701, el prior D. Toribio Fernández Lobo, deja a los frailes franciscanos varias cargas de trigo; y en el año 1758, el prior D. Juan González Quiñones pide que asistan seis franciscanos el día de su entierro. Se podrían añadir otros datos que pruébala la buena relación de los franciscanos de León con San Miguel de Escalada.

Pero yo me supongo que lo que verdaderamente impulsaba a los franciscanos, en ese año de 1913, a acercarse a las iglesias del priorato, era la relevancia adquirida dentro de la comunidad franciscana por el P. Marcos de Escalada, hijo del pueblo de San Miguel, doctor en filosofía y licenciado en teología; y Fray Junípero de Escalada, que, también por estos años, tenía fama de Santidad por sus obras en favor de los necesitados de Maracaibo (Venezuela), donde falleció en el año 1916, y que llegaban a su pueblo natal a través del convento de franciscanos de León.

Los franciscanos de León tenían motivos para acercarse a San Miguel; pero sin ayuda alguna del obispado o del gobierno no podían construir los edificios residenciales. La falta de recursos fue y es el problema.

                         

        (Fuente):

TRAYECTORIA HISTÖTICA        Y MONUMENTAL

 DEL MONASTERIO

 DE SAN MIGUEL DE       ESCALADA

Páginas 132/135 del libro de

amaDO CANCELO GARCÍA / 2008,                                                         (Libro de autor) Imprime GAMA GRÁFICAS, León

 

             
                  
agf

 

 

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