UNA CONCORDANCIA POÉTICA
Don Maurilio Pérez González,
catedrático de Filología Latina en la ULE, fue uno de los comisarios de la Exposición
en la sede de Botines, "In principio erat verbum. El Reino de León y
sus beatos", en el año 2010.
En el voluminoso catálogo de la exposición, ha aportado, - amén de su trabajo
de comisario -, textos, asesoría científica, fotos...; y dos pequeños detalles,
reflejados en las últimas páginas del libro-catálogo que quizás puedan pasar
desapercibidos para el gran público. Se trata de los colofones de los beatos de
Tábara y de San Miguel de Escalada, su traducción y sus comentarios, y con sus
notas incorporadas.
No quiero, ni puedo, discutir los conocimientos del filólogo latino. Pero, sin
polemizar, quisiera reseñar modestamente que, después de las jornadas previas
de conferencias y ahora con la exposición actual (en lo que se refiere a los
beatos), seguimos sin argumentos "concluyentes" en
muchas cosas relacionadas con estos libros iluminados; y más concretamente con
nuestro Beato de San Miguel de Escalada. Por ejemplo: en lo relativo a la
localización del autor del libro de Maio, en el momento de sus trabajos en el
mismo. Es decir: ¿dónde se hizo el beato de Escalada?... Creo que hasta el
profesor Don Maurilio Pérez deja abierta la cuestión, sin admitir una
razón "concluyente".
Ahora voy a referirme sólo al colofón del Beato de San Miguel de Escalada,
donde Maio esconde su nombre en el acrónimo de los versos de este poema
autobiográfico:
MEMENTOTE...
AD PABOREMQUE...
INTER EIUS...
UT SUPPLETI...
SIT GLORIA...
Y más concretamente al verso que dice textualmente:
AD PABOREMQUE PATRONI ARCISUMMI SCRIBENS EGO, IMPERANSQUE ABBA VICTORIS...
El profesor de latín medieval de la ULE, lo traduce así:
"Escribiendo ante el temor al más excelso protector, yo, bajo el mandato
del abad del Vencedor..." , con la explicación en la nota siguiente,
citando a VICTORIS:
"Epíteto referido y aplicado a Cristo, que
resucitó después de muerto. Esta posibilidad es preferible a traducir
"bajo el mandato del abad Víctor", pues en este caso hay que admitir
un error de concordancia"...
Yo recuerdo que por concordancia gramatical se entiende la
conformación de accidentes gramaticales de palabras variables con respecto a
otras, a las que acompañan, para precisar su significado. Por ejemplo:
artículos y adjetivos respecto al sustantivo; al verbo respecto al sujeto; o al
relativo respecto al antecedente: Pero eso es en términos de gramática. También
recuerdo que la concordancia musical es la justa proporción
que guardan entre si las voces que suenan juntas. Mas, tampoco hablamos de
música. Hablamos de poesía; porque el colofón es un poema. Y la concordancia
poética es otra cosa. Tiene otras reglas.
Admito que VICTORIS (genitivo) puede tener buena concordancia según
traduce Don Maurilio. Pero todo es discutible, sobre todo en poesía. En el
principio de este mismo verso: "AD PABOREMQUE..." hay una falta (al
menos ortográfica). Porque PABOR, en latín, no existe. Lo correcto sería
PAVOR-PAVORIS (de paveo), que significa pavor, miedo, espanto; "temor
religioso", según Silius Itálicus. "Paveo", es temblar de miedo,
estar lleno de pavor. "Noctem paventes navitae" es
una expresión poética que dice algo parecido a esto: "los
marineros temiendo la noche"...
Hay una concordancia poética, que se salta las reglas más comunes,
para embellecer las palabras, que nos podría ayudar a traducir VICTORIS de otra
forma, sobre todo sin olvidar que aquí victoris es un
sustantivo común, y no uno propio:
- "victor- victoris (de vinco)", es: vencedor. Pero, como decía
Virgilio, poéticamente, "victor" es aquel que ha conseguido su
objetivo, y su objeto; el que ha colmado su deseo; el que ha alcanzado una cosa
largamente ansiada...
También, en este verso, tenemos otra palabra compuesta, que puede leerse
con una concordancia poética distinta. Me refiero a
IMPERANSQUE... "Scribens ego, et imperans..." (el sufijo que es
igual a et) ..."impero" es mandar,
dominar, ser dueño. La raiz le viene de "in" y "paro":
disponer, gobernar. Y parece que no se habla de encargar, ni de pedir una cosa,
sino de mandar, ser dueño, gobernar, estar al mando...
¿Es eso mismo lo que quiere decir Don Maurilio, cuando dice que el giro
"IMPERANSQUE ABBA VICTORIS" debe ser tomado como un "nominativo
absoluto"?
Con una buena y sana concordancia poética, el citado verso se
podría traducir así:
YO, ANTE EL SANTO TEMOR (RELIGIOSO) DEL MÁS ALTO (DEL MUY GLORIOSO) PATRON,
ESTOY ESCRIBIENDO Y (A LA VEZ) MANDANDO, GOBERNANDO, (COMO) ABAD QUE HA
COLMADO SU DESEO...
¿Podríamos entender que el autor de este libro, y de este colofón poético, era
un dueño del mismo monasterio? , ¿o que estaba al mando de la abadía, como
parece ser que estaba el abad Recesvinto en esa misma época? . Tal vez. El
primer verso comienza con RESONET VOX FIDELIS... Y su primera
letra, la R, está adornada por una cruz mezclada con un báculo
de abad (?)... Y esta letra pudiera ser de RECESVINTO... (no se conoce que
hubiera ningún abad llamado VICTOR)...
“Tampoco” este giro poético es un dato "concluyente". Pero,
puede. Pudiera o pudiese. Al menos me consuela que
"TAMPOCO"...
Este final quizás suene a una
concordancia muy utilizada en las lenguas románicas, como es la nuestra. Me
refiero a la “concordancia de polaridad”: fundamentalmente basada en la
doble negación. “No puedo hablar con nadie” sobre esto (o tal vez debiera decir
que no puedo hablar de esto con alguien”); “no lo he visto nunca” (o “no nunca
lo he visto”).
Pero lo que si es cierto es
que hay una relación muy íntima entre el mito, la ficción y la poesía. Léanse
de esta manera (usando concordancias, digo) todos los textos míticos, de
fábulas, leyendas, misterios, religiones… (¡¡¡nótense que casi todos están
escritos en verso!!!) que en la historia
de los hombres han sido: todo es ficción artística. Lo que es lo mismo
que decir “concordancia poética”. ¿O no?
La poesía es la imaginación
creadora, mediante los rodeos de la expresión verbal y con ritmo, en los
enunciados y en la praxis de cada lengua y en cada momento histórico; en formas
poéticas y cadenciosas; a veces muy parecidas a un juego, pero en una representación
simbólica que podemos llamar “antropopoética”.
Hasta aquí mi “desvarío”. Disertación
poética, digo. Podría haber dicho
“alucinación,” que es más poético: “percepción de una imagen que se puede
considerar como real”. Tampoco esto es concluyente.
(agf)
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