EL PALO DE LOS POBRES
EL PALO DE LOS POBRES
Nos lo cuenta Escelita Fernández, en el número 4, Abril de 1996, de la "Revista ·Ecos de Escalada", de esta manera:
"En época de entonces" había muchos pobres llamando por las puertas: "Ave María Purísima", decían algunos. Así sacban mejor limosna.
Los inviernos eran durísimos, de mucho frío. Los tejados se llenaban de "chupiteles" de hielo, de tantas heladas como caían. Y nevaba mucho.
Era preciso dar albergue a todos aquellos pobres. Entonces, para que fuese "en corrida" por las casas, es decir: de casa en casa; y así se sabía a qué casa, había un palo que llamaban "palo de los pobres"; y así se sabía a qué casa "pertenecía"(1 acoger al pobre esa noche. Y si al vecino que le correspondía, sin presentar causas, no le recogía, era mal mirado por los demás vecinos, porque no tenía caridad.
A los pobres se les albergaba en las cuadras de las vacas; allí no pasaban frío.
El "palo de los pobres" era un palo plano, de medio metro de largo - más o menos , con unos dibujos toscos y una letras marcadas con algún objeto caliente. Los grababan para que no se borrase; y así se sabía seguro que ese era el "palo de los pobres".
También llegaban al pueblo muchos gitanos, que se albergaban generalmente en portales viejos. Trabajaban haciendo cestos de vilorta, muy bien trabajados. Su vida era muy pobre, pero no causaban problemas; y el pueblo los atendía en todo lo que podía. Tenían una vida muy austera en todos los sentidos."
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