el libro de visitas
Esto no es, ni por asomo, una apología de lo soez: que, lamentablemente, abunda en nuestros tiempos. Es todo lo contrario: una reprobación. Lo más enérgica que se pueda.
Existió hace muchos años en el Monasterio de San Miguel de Escalada un libro de visitas a disposición de los amantes de esta joya. Era una antología de piropos al templo mozárabe, a su entorno; y a su espíritu: que son su paz y su silencio.
Se perdió la costumbre; y se perdieron los libros: cuatro o cinco tomos, repletos de notas de los turistas, de los peregrinos, de los hijos del pueblo, de los propios y extraños. Todas: requiebros sencillos, maravillados, entusiasmados, largos y cortos. En todos los idiomas, porque este rincón nuestro era, y sigue siendo, más internacional que casero y doméstico.
En los años ochenta tuve la suerte de leer varias veces este viejo libro de visitas, que se estaba cayendo a trozos. Y ahora lamento que esa colección de citas se perdiera. Porque se ha perdido. Creo.
Esta era una de ellas:
La costumbre del libro se recuperó hace un año. Por iniciativa del actual Prior de Escalada, que atendió nuestras peticiones en ese sentido. Y lo tenemos allí, de nuevo...
La cita "divina" que encabeza esta entrada terminaba ayer mismo con lo soez en letras grandes. Y continuaba en la página siguiente con vulgarísimos signos fálicos y desfachatadas propuestas, que han sido arrancadas por manos diligentes. Digo "terminaba", porque en la misma tarde de ayer un inmenso borrón tapaba esta vergüenza. Borrón, y cuenta nueva.
El actual libro de visitas estaba a disposición de todos en el recinto de la iglesia. A la sombra que propicia el anonimato para cometer actos que son una falta de educación mínima. Por eso, habría que pensar en trasladar este cuaderno a la sala del control y recepción de las vistas. Con vigilancia, alguna tropelía, como esta, se evitaría.
Repito: esto no es, ni por asomo, una apología de lo soez. Es una reprobación. Desde la educacón, desde la delicadeza, desde el respeto universal, desde la fe... y las buenas costumbres.
Amén. Así sea.
Pues si, amigo Alfredo, lo tuyo no es una apología de la soez, lo sé. Pero el acto es denunciable y de una estrechez mental de libro, o sea que tienes mi apoyo con esta denuncia, aunque a los que somos del terruño no nos guste que el nombre salga a relucir con estos menesteres.
ResponderEliminarUn abrazo, y besos -ya sabes para quién-.