HACE "VEINTE AÑOS" YA PASABA
La denuncia fue
ésta:
Los
viejos chopos mueren en primavera
Según parece, para los viejos chopos de la carretera LE-231, que va de Puente Villarente a Gradefes, la primavera no va a llegar ya en este año. La Junta de Castilla y León ha decidido su tala “por motivos de seguridad vial”.Y algunos ejemplares de estos árboles ya han sido sacrificados.
Esta
carretera, estrecha y dejada de la mano de Dios durante mucho tiempo, recorre
la histórica ribera del río Moro y el valle de Eslonza. Y a falta de otros
cuidados y exigencias se mantiene adornada en su recorrido por escasos tramos
de viejos chopos del país, alguna débil acacia y hermosos ejemplares de
plátanos; que componen, en alguna parte de su ruta, verdaderas
pérgolas vegetales sobre el camino de asfalto.
En el
tramo de la vía que va de Cifuentes de Rueda a Gradefes, los plátanos y los
chopos entrelazan sus ramas más altas de un lado al otro del camino, y forman
una bóveda de vida verde, llegando a completar un verdadero y magnífico túnel
sobre la vieja carretera, que es una delicia disfrutar, ay, todavía.
El
camino de asfalto, viejo y descuidado, invita a un discurrir tranquilo. Y los
árboles marcan los límites de la carretera mejor que los muretes de cemento,
escondidos entre la broza de las cunetas sucias; y que
los modernos “quitamiedos” de acero, que
a veces amenazan como guadañas a la vera del camino.
Los
viejos árboles avisan al conductor acelerado, sólo con su presencia. Y
desde su silencio verde le aconsejan a levantar el pie
del acelerador, y a discurrir despacio. Y funciona mejor que las
señales de prohibición , que todos nos pasamos por el forro. Y como esta
carretera nos lleva a una comarca tranquila, nos sobran las prisas y las
falsas “seguridades viarias”.
En
los últimos años las estadísticas nos recuerdan muy pocos accidentes por culpa
de los árboles pacíficos. Quizá algún buen susto a conductores un poco
“alegres”, que van o vuelven de otros sitios no tan tranquilos como esta tierra
aquietada. Por el contrario, ha habido accidentes bien graves, (de muerte,
incluso), en las curvas de Mellanzos, contra las vallas modernas, que nos
pintan de seguridad bien falsa. Y en la semana pasada, en Villarente,
accidentes menudos, precisamente contra los troncos de los árboles cortados,
que pretenden hacer la vía engañosamente segura.
Por
todo, convendría que la Junta revisara el criterio de “seguridad vial” argumentado,
y evaluara otros aspectos que inciden en la verdadera seguridad, como el digno
mantenimiento del firme de la vía, por ejemplo; que deja mucho que desear, en
todo el trayecto.
También
quisiera recordar a la Junta que debería pedir a los ayuntamientos afectados su
opinión sobre estas medidas adoptadas, para conciliar intereses ecológicos, que
en el caso del Ayuntamiento de Gradefes se están vulnerando.
Desde
hace muchos años, el consistorio de Gradefes tiene recogidas una serie de
normas urbanísticas y de protección ambiental, y entre otras medidas tiene
detallado un catálogo de bienes protegidos, que van desde elementos artísticos
, edificios típicos , objetos de valor etnográfico, etc., bien abundantes en
toda la comarca, como: monasterios, ruinas, molinos, palomares, casas de adobe…
que también peligran, “de viejos”, como los viejos árboles. Y concretamente el Ayuntamiento de Gradefes
tiene asignado un valor ecológico-ambiental-paisajístico a las arboledas que
aprietan la carretera entre Cifuentes y el pueblo de Gradefes, que ahora están amenazadas.
Sería
preciso que la Junta y los Ayuntamientos se sentaran a hablar de estos viejos
árboles, vivos y protegidos, antes de condenarlos. Y de paso, hablar de esta
histórica comarca, que necesita que se le ponga vida, en lugar de
quitarla.
(A.García
Fdez.) La Crónica de León/cartas al Director,03/05/2004
"El Ayuntamiento de Gradefes tiene
asignado un valor ecológico-ambiental-paisajístico a las arboledas que aprietan la carretera entre
Cifuentes de Rueda y el pueblo de Gradefes". Y, afortunádamente, estas arboledas siguen componiendo esa pérgola, que hoy mismo he visto y disfrutado. El corazón
del emparrado está sobre el riacho de Nava, y se alarga al sur
y al norte, con un latido vivo. Hoy he sentido sus sístoles y diástoles, de
savia verde y de azul de cielo y agua… ¡¡¡Así de guapa!!!:
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