"CONFINIUM"

Las medidas restrictivas que estamos soportando, debido a la invasión global del "coronavirus", nos suele producir repulsa. Porque sólo vemos lo negativo, lo prohibitivo. Es lo que nos está pasando con el "confinamiento".

Confinar nos suena a quedar dentro de unos límites o marcas no deseadas; y además por imposición de una autoridad y bajo su vigilancia. El confinamiento nos parece encierro, y hasta , a veces, destierro.
Pero no debería ser así. El mejor sentido etimológico de la palabra "confinamiento", que deriva del latín "confinium", es que, si bien el confín divide o señala los términos o límites, lo hace respetando el buen aspecto de la vecindad, la cercanía y la proximidad.

En estos días, sin apenas darnos cuenta, estamos descubriendo ese buen significado del confinamiento, sin fijarnos en las imposiciones autoritarias, ni precisar su vigilancia coercitiva. Recuperamos a los vecinos, a los cercanos, a los próximos. Y todos nos sentimos prójimos del otro. Y eso es magnífico.

Ahora que estamos en primavera, recuerdo que los latinos llamaban a esta estación "confinium frigoris et caloris" , es decir: confín que une el frío con el calor. (Tiempo vendrá en que el confín sea "confinium caloris et frigoris". Es decir: el otoño).

Demos ahora libertad y respeto a la Madre Naturaleza, antes de que seamos "desterrados" de esta Única Tierra que tenemos.
¡Celebremos que somos vecinos, cercanos, y prójimos!

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