También los obispos van al Infierno


También los obispos van al Infierno

Dante, en La Divina Comedia, no se mordió la lengua.
En muchos pasajes de esta su gran parábola poética y social, y en especial en el Canto Decimonoveno del Infierno, coloca a cada cual (de los personajes de la Historia ) en su sitio merecido. No se salva ni cristo. Ni los Papas. Veamos varios:

- Anastasio II (496-498), por ser seguidor de Fotimo y asegurar que Jesucristo tiene sólo naturaleza divina, y no fue humano.
- Entre los años 1277 y 1314 hubo tres papas simoniacos, que Dante puso juntos de patitas en el Infierno. Por simonía; por vender lo espiritual para hacerse con lo material.

El primero Nicolás III, por lo dicho. Y el segundo, su sucesor, Bonifacio VIII, que añadió al pecado de Simón el Mago ("que quiso comprar a Simón Pedro los dones de Dios y su poder de hacer milagros"), lo execrable de ser un proxeneta. Convirtió los conventos de monjas en prostíbulos de putas, para el desenfreno de los príncipes.
Hubo también, para Dante, un papa "miserable (por renunciar)", que sólo estuvo en la sede 6 meses del año 1294.
Y por fin, Clemente V, también por codicioso y simoniaco. Nada que ver con su nombre.
Seguro que a Dante se le olvidaron muchos. Por ejemplo Silvestre II (999-1003), que adoraba al diablo para lograr seducir a las mujeres...
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En estos tiempos modernos en los que vivimos (antes de ir a visitar con Dante lo que nos espera), en los que están de moda "las inmunidades y las impunidades", hay también obispos - y otros ministros, de lo divino y de lo humano - que pueden estar ganándose el infierno. Por simonía; por vivir su falsa fe "jodiendo a los demás"; por negar que todo ser humano tiene en si mismo una divinidad, que no es la que ellos predican; y mucho menos la que ellos viven.

Ay, Beatrice, llévanos al Paraíso.

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