poema en obras
Mi palabra es agraz,
como la uva
que está sin madurar;
llena de desazón.
Mas vuelan abejas
laboriosas, en mi frente...
Y eso me impide el desespero.
...
Mi discurso es procaz,
atrevido, insolente;
cínico, desvergonzado, indecente.
Pero dicen los músicos
que Euterpe, placentera,
educa lo grosero,
y hasta amansa a las fieras.
No me deleita la virtud de Terpsícore,
ni los pies,
ni los lábios compartidos;
me refugio en Erató,
y en su dulzura.
Discreto y comedido,
paseo en la espesura
del amor...
¡¡Qué atrevimiento!!!
(agf/22.04.2mil14)
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