Mi zarza ardiente


Mi zarza ardiente

No me arrodillo
ante ese dios de piedra,
que así pretende suavizar mi corazón humano.
Me postro ante la zarza
que en mi entraña
se quema, sin consumirse,
... eternamente.
Me ha de salvar la luz,
la paz, y la alegría
de saber que soy un dios de carne y hueso...
pero dios de igual manera.

(agf/04.04.2mil14)

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