el sol de otoño en mi cocina


 SOL DE OTOÑO EN MI COCINA

Una flor inmensa de dalia amarilla, cortada de mi jardín,
adorna la cocina.  
(el arte  liberal de la elocuencia: trivialidad)

Mi cocina da al norte,
y está fresca en otoño,
cuando el sol ha cambiado su postura en el cielo.
En las mañanas frías
el sol ya no me viene
a saludar,
mientras acuno el cuenco de la leche
entre los cuencos de mis manos.
En el jardín otoñal
el membrillo roba rayos al sol
de la mañana, por oriente;
y en el poniente,
una dalia está en flor.
El membrllo, ladrón,
se deja hurtar por la flor inmensa,
para pedir perdón,
antes de ser jalea.
A mediodía mi mano la cortó,
como si fuera un suspiro de recuerdos breves,
o un hipo entrecortado y reprimido
de toda mi niñez.
He aquí el sol, el membrillo... y la flor-girasol,
antes de ser jalea;
                    antes de que las cuencas de mis ojos
                                                agoten mi lagrimal. 

 (agf/17.10.2mil11)
    

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