CONTRA LA ANSIEDAD: EL ABRAZO DEL OTRO

 EL ABRAZO DEL OTRO


Hasta hace bien poco yo tenía un remedio contra la ansiedad: coger mi cabeza entre las manos, meditando; respirar profundamente; espirar con lentitud; y después rodear con fuerza mi cuerpo con mis brazos, abarcando mi pecho, mis costados y mi espalada. Y apretar.



Ahora eso ya no me basta. Cuando se desmoronan todas las piezas de mi cuerpo - y de mi alma - como si fuera un puzle fantástico, aún intento ese "auto abrazo".
Pero no me sirve de nada.
Necesito un abrazo de los demás.
Es decir: del otro.

Quizás del tuyo.
Puede ser una imagen en blanco y negro


*****

Comentarios

Entradas populares