abrazo de ángel


 

abrazo de ángel

*
ahora que no te tengo
ceñida entre mis brazos,
quiero estrecharte, con mi palabra
suave.
sigo teniendo ese territorio
de mi cuerpo,
entre el hombro hasta la mano;
pero no te tengo.
mas me consuelo,
porque Dios
me ha dado alas;
y no para volar, como las aves,
ni para dividir y ocupar
los espacios, ahora vacíos,
de nuestra casa.
Dios me permite, y me pide,
que sea un ángel;
no para su ministerio,
sino para desarrollar en mí
las cualidades
que se le suponen a un espíritu angélico:
bondad, belleza e inocencia.
aunque Dios me ha prohibido
solamente una cosa:
que nunca se me suban estas tres virtudes
a la cabeza;
y que nunca me convierta
en un ángel caído.
todo lo demás
me lo tiene permitido:
saltar como un ángel;
ser flor de ángel, capilote amarillo;
vestir mangas de ángel,
como una bailarina;
tomar manjar de ángel: leche y azúcar;
ponerme, de mortaja,
la piel de ángel: seda menos rígida y brillante
que el presumido raso.

déjame que te estreche
con mi palabra suave:
el verbo
que me está dando Dios,
ahora,
para abrazarte.
© agf

El siguiente vídeo,
 incluye este poema de
 Alfredo García Fernández, en su voz,
y precisa de una contraseña para ser visionado. 
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