BUENOS AIRES, una provincia leonesa...

 

Nos envía Antonio García Ceballos esta imagen, a su vez recibida de un amigo suyo, recientemente fallecido. Algunos decían antes que Buenos Aires era una provincia leonesa más. De las más entusiastas y amantes de nuestra tierra, su historia, sus tradiciones y su raigambre.

Hace cerca de un siglo, seguro que la colonia leonesa en Buenos Aires, Mar de Plata - y Argentina en general - lo demostraba con esta entrañable publicación de "Revista del Centro Región Leonesa de Ayuda Mutua, Recreo Instrucción" . Quizás en pago a esa dedicación, la Biblioteca Regional de la Diputación de León conserva todos los números de esta revista argentina-leonesa.
El amigo sólo nos pudo enviar la foto. Y nos picó la curiosidad por conocer si la imagen en portada de nuestro Priorato de Escalada tenia como motivo algún artículo concreto en su interior relativo a nuestra joya mozárabe. Lo buscamos, pero sólo encontramos este contenido, que también nos gusta:
TÍTULO:
“Fundación del reino de León, y parte que los leoneses tomaron en ello, así como en la expulsión de los árabes de España”.
El caso es, que los hijos del último rey de Asturias, Alfonso III El Grande, grande por su talento1, virtud y valor, se rebelaron contra él. y este buen rey, después de vencerlos y queriendo evitar guerras y revoluciones intestinas, que parecía habían de suceder más adelante, en cuyo caso pondría en peligro su pequeño reino, perdiendo en pocas horas lo que había adquirido en varios años a costa de tanta sangre vertida, se venció a sí mismo y abdicó en favor de sus hijos; y dividiendo sus estados los jugó a la suerte; tocando; el de León, a García ; el de Galicia, a Ordeño, y el de Asturias a Gonzalo. Este hecho sucedió el año 909, siendo García el primer rey de León; más como sus hechos son casi insignificantes, con más propiedad se puede decir que fue su hermano Ordoño, rey de Galicia, puesto que, muerto García., los leoneses lo proclamaron rey, y unidas las dos coronas, fijó su residencia en León, en cuya ciudad murieran tantos monarcas ilustres. Conviene hacer notar aquí, que en aquella época se llamaba Asturias a todo el territorio comprendido desde Astorga y León hasta incluir toda la Provincia de Oviedo, por cuya razón, cuando los historiadores relatan los hechos históricos de los asturianos, incluyen en ellos especialmente los de los montañeses de León, por lo tanto, nos arrebatan injusta mente las glorias do nuestro heroísmo; las glorias y heroísmo de los montañeses de León. Siendo así cierto lo antedicho, es fácil comprender que una vez que los asturianos arrojaron a los moros de lo que hoy es Asturias hacia nuestra provincia, quedaron tranquilos y defendidos por sus montañas, y nosotros como escudo; pues nuestro ineludible deber era continuar la obra emprendida por ellos, aunque bajo la dirección de un monarca asturiano; pero después de casi exclusivamente la célebre batalla de Covadonga., en que apenas quedaron moros en Asturias, ¿a quién se debe todo el empuje dado a la reconquista, sino a los leoneses?

(parcial del artículo, publicado en la revista
de julio de 1923,Año 5, número 42, páginas 19 y 20)
***
Nos hemos conformado, y a cambio hemos disfrutado de algunos poemas en la Sección Poética de la Revista, que citamos a continuación:
1.-
POEMAS
Hacen guardia en tú boca cuatro lunares,
custodiando las perlas de dos collares;
perlas preciosas, de los mares
de Oriente las más hermosas.
Si se pone a tú lado, niña preciosa,
se marchíta enseguida
la fresca rosa ;
que tú boquita,
es de todas las rosas
la más bonita.
Encantos, hermosura
y simpatía,
un clavel a una rosa
le discutía;
cuando te vieron,
de admiración y envidia
enmudecieron.
Vi en una playa argentina
una mujer tan divina,
graciosa, gentil y buena,
que la creí una sirena,
y resultó Josefina.
(El bachiller BENIGNO).
2.-
Retorno
Volví hacia ti, como se vuelve al nido,
Volví hacia ti como se vuelve al puerto;
Me arrodillé ante ti y hundí mi frente
en el tibio refugio de tu seno.
Y en el fragante cáliz de tus manos
se derramó el rocío de mis lágrimas.
Tú enjugaste mi llanto y mis ojos,
bajo la luz de la estrella de tu mirada.
Volví hacia ti como se vuelve al puerto.
Volví hacia ti como se vuelve al nido...
Y hubo una nueva floración de rosas
en el rosal antiguo.
(E.R. de la Serna)

¡Gracias: a Toño, y a su "Quintorro".




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