Columbiano Gutiérrez de la Berdura, Carmelita, fundador de la revista MIRIAM, un ilustre en la familia


Actualizamos la entrada de 01.02.2021

Columbiano Gutiérrez de la Berdura, fundador de la revista MIRIAM, un ilustre en la familia

^^ (picar en este enlace)







Nació Columbiano, un niño leonés del pueblecito de Villalquite en la  ribera del Esla, el día 3 de septiembre del año 1910, ""como a las diez de la mañana"- contaba él. Hijo de Pedro Gutiérrez Burón y de Teodora de la Berdura Nistal.  Al día siguiente, como era menester, lo bautizaron. Y pareció tocado por la protección de La Virgen María, que luego sería Ella, siempre Ella para él. 

Transcurridos los años, antes y después de hacer otras muchas cosas en su vida, fue el Fundador de la Revista mariana MIRIAM, a la que él quería poner el nombre de ELLA, aunque finalmente terminó por asignarle el nombre más exacto propuesto por uno de sus colaboradores, pues Columbiano no imponía, sino que admitía y aplaudía todas las aportaciones. 

En sus apuntes últimos para la revista anotaba que "Ella" - MIRIAM - le había marcado siempre su camino", y se preguntaba - retóricamente, claro  - "¿Murió o no murió La Virgen?", respondiendo en un primer impulso "que sí: para parecerse también en eso a  su Hijo" Y a renglón seguido la resucitaba, y la "ascendía a cielo", como mandaba el Papa, pero sobre todo para que Ella, el amor de su alma,  le recogiera a él el día 12 de noviembre de 1992, a las once menos cuarto de la mañana, "sin agonía, de un vuelo" para subir al Cielo.




 Su padre era un hombre vulgar, sencillo, obediente; aparentemente no sufría por nada, y feliz con lo que le daban. Algo que Columbiano heredó y acrecentó.

Su madre era "muy guapa", inteligente, activa, eficiente; cariñosa y alegre con los suyos, y reservada con todos los demás". 

El matrimonio tuvo 9 hijos, de los que sólo vivieron cuatro: Columbiano, Escolástica, Luisa y Feliciano. Franca y Lucio, mellizos; Victorino; y en un nuevo parto doble, Eusinio y María de las Nieves, que vivieron días y/o meses.

El abuelo materno, Gabriel, era un dios en la familia: cacique, autoritario, viudo a los 30 años, y enfermo de dolor. El médico le prohibió el tabaco y el vino; pero él "queriendo morirse" no le hacía caso, por lo que no volvió a probar el agua en la mesa, ni dejar que nadie la bebiera estando él. Columbiano, socarrón, presumía que él no podía beber agua porque se lo había prohibido el abuelo.

Niño inteligente y despierto; pero un poco rebelde. A los seis años se empeña en ser pastor, porque "tenía vocación". Le mandaron al campo al cuidado de 20 o 30 corderitos. Las primeras horas era más feliz que una perdiz, pero el primer domingo hizo crisis su vocación de pastor, y volvió a la Escuela y a la Misa.

A los 11 años le llevaron al colegio de los Maristas en León, de "señoritos", donde el niño campesino, tímido y sensible, sufrió mucho. Termina el curso a regañadientes, con bronca de sus padres, vuelve al pueblo, pero ya no regresa al colegio en el curso siguiente.

En 1926, con 16 años, sus hermanas le ponen en sus manos "un libro muy interesante, lo tienes que leer": "Historia de un alma". Lo leyó de un tirón; y le cambió la vida. Pasó por casa el tío Leandro, carmelita, y le encaminó para entrar en la Orden. Burgos, Castilla, Navarra le dicen que no. Escribe a Córdoba, y le admiten. Toma el hábito en Úbeda el 1 de marzo de 1928, y profesa el 3 de marzo del año siguiente. Aquello sí era lo suyo: estudios, historia, espiritualidad. 

Avanza en los estudios en Filosofía de forma admirable, debido a su magnifica memoria. No toma apuntes, todo lo asume de oídas. Algunos compañeros son destinados a Argentina, mientras él es enviado a a Roma. Allí estudia Teología, Retórica, Dialéctica... quedando señalado como una de las primeras inteligencias del Colegio Internacional. 

En 1936, regresa a España, y pasa unos días en su tierra leonesa, pero ha de viajar a Sevilla, para luego, desde Gibraltar, marchar en el barco italiano Oceanía hasta Argentina.


Regresará a España en 1948, a Córdoba, donde es nombrado Provincial. Salta de nuevo a Argentina en 1951, como Delegado. 

De nuevo a España: 1965, Málaga; 1969 Córdoba otra vez, abriendo Centros, Colegios, Residencias... con un afán y resistencia envidiables. En 1972, Provincial y Socio al Capítulo General de 1973, Confesor de las Clarisas en Málaga. En 1974, cruza otra vez el charco, y vuelve a Argentina como Profesor Extraordinario de Teología de La Plata.

Una de sus labores más queridas fue la de Dirección Espiritual de las Monjas, "sus queridas monjas Clarisas", que tanto le querían.

Columbiano, un niño leonés de Villalquite. Un inteligente hombre, un sabio Maestro, un buen fraile carmelita; pero sobre todo un niño siempre amante de La Virgen, que rezaba y pedía, con versos de Unamuno, que "Ella" - Miriam - le acogiera entre sus brazos como a un niño, aunque viejo: 


"Agranda la puerta, Padre,

porque no puedo pasar;

la hiciste para los niños;

yo he crecido, a mi pesar.

Agranda la puerta, Padre,

o achícame, por piedad."



Me he atrevido a recoger algunas ráfagas de "unas líneas,
 destinadas a ser leídas en la intimidad de  la Familia Carmelitana",
 y redactadas por la Hermana María Inés de Jesús. 
(agf)
  


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