Un hombre en la luna,
y mi abuelo en la luna...
porque es tan fea la madura realidad de ahora,
por eso recuerdo.
nada es feo en la niñez."
El abuelo Generoso nos solía contar a menudo los
"Cuentos de María Sargento
(la que fue a cagar, y dejó el culo abierto")
"Juan Alpargata venía una vez de vuelta para su casa, con un "feje" de leña cargado a su espalda.
Juan Alpargata era viejo, muy viejo; y pobre, muy pobre. Por eso estaba cargando leña aquella noche de luna llena.
Venía agotado, y se detuvo a descansar al borde del sendero; y se sentó un rato para recuperar las fuerzas, mirando al cielo por entre las ramas de los árboles, donde brillaba redonda la luna llena.
Juan Alpargata se quejó - con un coño - a la luna, y le dijo de repente: ¡Jodida luna, baja y trágame!
La luna, compasiva, se descolgó del cielo; y apartando las nubes apareció en el suelo; y de un ntirón tremendo se llevó con ella al viejo, junto con su haz de leña.
Por eso es que ahora, en cada luna llena, se ven unas manchas gordas en su piel rugosa: es que Juan Alpargata está allí arriba, viviendo eternamente con ella."
Cada verando, debajo del nogal centenario, tumbado entre la hierba, duerme y sueña el niño que ahora sigo siendo. Y mis pueriles ojos juegan a adivinar entre las nubes y las sombras, dibujando nítidamente: la chepa de Juan Alpargata, con su feje de leña al hombro; y la risa de "
mi abuelo, el manco...
siempre tan "generoso".
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