1.-
Refiere la
tradición que San Gonzalo, siendo criado del monasterio de Escalada, salía del
claustro todas las noches, y cruzaba el Esla con dirección á la Reguera sobre
la orilla opuesta, donde se alzaba una pequeña emita que llamaban de Santa María de Escalada, cuya tosca
escultura, muy antigua, subsiste (¿?), y
andando el tiempo se llamó del Rosario .
Largas
horas durante la noche pasaba el santo en oración delante de la sagrada
imagen, después de haber encendido la
lámpara que alumbraba la ermita . Los
demás monjes criticaban al criado de diversas difamatorias, por lo que el Prior le espió; y una de las noches quedó
maravillado, al ver que el Santo tendía en el Esla su capa que le servía de
barca, y cruzaba el río, sin esfuerzo y sin mojarse… Entonces lo hubo de decir:
“Tú eres el amo yo soy tu criado . Amado
de Dios y de los hombres, será tu memoria en bendición”.
Murió Gonzalo, como había vivido, en olor de
santidad.
El Prior,
quizá D. Ponce (en Agosto de 1176), recogió
el cuerpo del santo fámulo; y con gran veneración lo enterró á los pies
de un altar. Algo después, los huesos aromatizados fueron metidos en una
arquilla de madera, y ésta en una urna de piedra.
“Efectivamente, hay en esta segunda iglesia (parroquial) un
cuerpo tenido por santo, según la antiquísima tradición y devoción de aquella
tierra, llamado San Gonzalo . No hay memoria
de quien haya sido ; pero en un arco antiguo de pedernal, donde están sus
huesos, en una arca de ciprés está figurado como de canónigo reglar ; pintura
vieja y casi deshecha “.
Acude toda aquella ribera á pedir el
patrocinio de este santo en sus necesidades, y sacándole en rogativas algunos
años faltos de agua; y se ha visto diversas veces providente el socorro divino a
su invocación en aquel lugar y comarca.
Fuente:
TOMO XXXIII.15/226 BOLETíN DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA
DOLORES CORTAZAR SERANTES
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Nos escribe un amigo oriundo de estas tierras, trasplantado desde hace años a la lejana nación canadiense, y nos aporta algunas imágenes, ciertos comentarios "acertados", y reseñas sobre la existencia de un Caserío de La Reguera, situado en la otra orilla del Esla, mirando desde la altura del Priorato, en terrenos de Villamondrín y/o Quintana (ambos de Rueda).
Es bueno recordar que ahora en la zona se reconoce como Quintanas, en plural, el mayor pueblo con ese nombre, lo cual es muy significativo. Porque una "quintana" es un pequeño núcleo de población, poco habitado, que se utiliza como caserío de labor, primordialmente de labor. Por esta ribera hay muchas "quintanas"; y una de esas fue la de La Reguera.
Y ¿cómo se reunían los paisanos y los clérigos ante la ermita, si no había puente? Las leyendas nos ponen las respuestas colgando historias de milagros que sólo suenan a cuentos, aunque hermosos.
Pero quizás sí existió ese puente, y no se quedó en una capa milagrosa de un santo milagrero. Tal vez las pruebas de ese puente están ahí aún, ahora, aún anegadas en las aguas de nuestro río caudaloso; justo ahí, enfrente del mirador del Priorato, que mira hacia los Payuelos, ese mar verde y jalde que nos embelesa.
Nosotros hemos conseguido una Virgen de verdad: Santa María de Escalada - de entonces y de ahora - que nos puede reunir; que nos debe unir en su aquella ermita de La Reguera, y en esta capilla de Santa María, capilla de San Gonzalo y Panteón de los Abades, de nuestro Monasterio.
¡Luchamos por ello: por la ermita, por el puente, y por
La Virgen de Escalada!
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Río Esla:
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