LA ESCULTURA ROMÁNICA ES FUNDAMENTALMENTE
“FIGURATIVA”
Hoy diríamos que la réplica de nuestra Virgen románica de Santa María de Escalada
es una verdadera obra "gestáltica",
si nos permiten este germanismo.
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El estudio de las artes “figurativas” del románico engloba las manifestaciones más significativas en la escultura y pintura; y son un elemento fundamental de la cultura religiosa. En el s. XI superaron definitivamente las reservas que había habido hasta entonces hacia la representación de las personas sagradas y se recuperó el concepto clásico de la escultura monumental como parte imprescindible de la belleza del edificio
La escultura románica encontraría sus referencias iconográficas y formales en el legado romano, a través de los sarcófagos paleocristianos y los beatos inspirados en la Biblia (Apocalipsis), Evangelios Apócrifos y Bestiarios (relatos fantásticos sobre animales con enseñanza moral). San Gregorio Magno la define como “Biblia pauperum”, Biblia de los pobres.
Utilizando materiales como es la piedra, pero también se usa la madera, generalmente policromada; y también el marfil, el metal, tenía función didáctica. Enseñaba a los fieles, por lo general analfabetos, los dogmas y principios del Cristianismo. En un mundo teocéntrico, dominado culturalmente por la Iglesia, las imágenes debían instruir y excitar a la piedad a los fieles, enseñándoles los caminos para llegar al otro mundo.
Estéticamente, la escultura románica es antinatural y simbólica, con clara tendencia a la abstracción, de influencia bizantina que llega a Occidente a través de Italia. En la composición, muy clara y ordenada, imperan la frontalidad, la simetría, el equilibrio, y predominan las líneas curvas. Las figuras son solemnes, hieráticas, distantes y severas, carecen de volumen, son planas. La escultura no tiene perspectiva ni profundidad, se rige por la ley de adaptación al marco, lo que favorece las deformaciones. El escultor no busca la belleza sino la expresividad, por eso las figuras están desproporcionadas y sus rasgos exagerados o deformados, para resaltar determinadas partes del cuerpo (cabeza, ojos, manos). Es una escultura hecha con la mente, no con los sentidos.
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Todo esto nos suena ahora a la tendencia actual de la “gestalt”, que podemos definir como la expresividad mediante la forma, la figura, la talla, el tipo, el aspecto, o la configuración. Con el “gestalt” se juega con una figura y un fondo, que pueden ser reversibles (el fondo pasa a ser figura, y al revés). Todo íntimamente entroncado con las diversas visiones humanas y sus perspectivas: filosofía, psicoanálisis, fenomenología (teoría de la percepción), y también religiosidad (en especial la oriental: budismo, zen).
Las principales reglas del “gestalt” son: 1.- el principio del ahí; 2.- La relación Yo-Tú; 3.-Asumir la propiedad del lenguaje y la conducta; 4.- Prohibido decir “no puedo”, y obligado decir “no quiero” – es decir: ser asertivo. Lo que es lo mismo: cambiar de preguntas a afirmaciones; 5.- Atender primordialmente a los demás, a su visión, a su percepción y a su necesidad. 6.- Escuchar al otro, sin fijarse en sus motivos o sus causas.
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La réplica de la imagen románica de Nuestra Virgen Santa María de Escalada no es una copia sino más bien una “imaginación” enteramente ”gestáltica”, como puede ser esta “visión personalísima de Reme Remedios”, que nos permitimos añadir.
Nuestro escultor actual, Don José Ajeno, ha ido a las fuentes originarias de la escuela francesa del siglo XII, superando todos los defectos que durante siglos y maltratos ha ido acumulando la pieza original que ahora se guarda en el Museo de León; y tenemos la suerte de contar con una obra de arte que cumple todos los principios del “gestalt”: está ahí, respeta el yo y el tú, asume la propiedad del lenguaje y la conducta , obliga a ser asertivo, y atiende al otro sin fijarse en sus causas o motivos…
© Comisión de Donantes Pro-Virgen Santa María de Escalada
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