TODOS SOMOS "ADOLESCENTES"

todos somos "adolescentes"

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El derecho romano - del que derivan muchas de nuestras normas actuales - consideraba que la adolescencia era la edad joven entre los 14 y los 23 años para el hombre, y entre 12 y 21 para las mujeres. Aunque para algunos, como por ejemplo Cicerón, se extendía hasta los 35 o 40 años.

Pero no quiero hablar de esa "adolescencia", sino de otra más etimológica, y por eso voy a referirme a las raíces de su más esencial término: "adolescere". Lo que es lo mismo: adolecer, sobrellevar algo con dolor y reiteración. Soportar lo que algunos consideran el "pondus agónico".
Y la agonía (lucha) ocupa toda la vida.

"Adolescens" es, sí: el joven, el adolescente. Pero la vida nos frota dolorídamente, antes y después de las edades consideradas jóvenes. También en esa adolescencia de la que hablaba Plauto, cuando decía que el adolescente es el joven que aún no tiene formadas sus costumbres: "adolescens moribus". Adolecer, entonces es: ir aumentando, desarrollarse la razón y los criterios, madurar ante la vida.
"Adoleo" es oler, encender, quemar.. Podríamos decir que quemar etapas en la vida. Y "doleo" - término del que también se nutre la adolescencia - es doler, escocer, sentirse herido, padecer un sufrimiento, estar disgustado, tener pesadumbre...

No me digan que no. Mirado así... ¡¡¡Todos somos "adolescentes"!!! Y en todo tiempo. Joven o viejo.
Hasta que nos venga la última agonía y nos hundamos definitivamente, abrumados por el "pondus" (peso) de la muerte.

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