amanecí con un verso
intachable
entre los dedos,
sin manchar todavía por mi boca.
se me trabó la lengua
y el ovillo se enredó
en mi cabeza,
donde tengo el zigurat de mi pensamiento.
vivo en babel
y mi castigo es este:
no acertar a decir ni dos versos seguidos, siquiera.
mi castigo, o mi premio...
atardecer tumbado y sucio
en la cálida arena
donde levanto un poema.
(agf/05.06.2mil14)
#
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Espero tu comentario amable. Me ayudará a mejorar. Gracias.