ora, labora... y nada más

Composición de un enamorado de
 Santa María La Real de Gradefes (C. G. Ovies)

Si te acercas al monasterio de Santa María la Real de Gradefes, puedes encontrar una pequeña comunidad de monjas del Cister, que ha seguido durante siglos la Regla de San Bernardo. Su vida es sencilla, silenciosa y feliz. Se les nota en la cara, cuando alguna vez las ves, rezando en el Coro, o paseando por su Claustro;  que es una mezcla de posada, huerto, horno, tienda y cementerio. Las monjas de Gradefes rezan, trabajan… y nada más.
Como decía, muchos siglos atrás otro santo, maestro de monges, San Benito:
"Ora, labora… et chissst."

LA REVERENCIA EN LA ORACION
Si cuando queremos sugerir algo a hombres poderosos, no osamos hacerlo sino con humildad y reverencia, con cuánta mayor razón se ha de suplicar al Señor Dios de todas las cosas con toda humildad y pura devoción.
Y sepamos que seremos escuchados, no por hablar mucho, sino por la pureza de corazón y compunción de lágrimas.
Por eso la oración debe ser breve y pura, a no ser que se prolongue por un afecto inspirado por la gracia divina. pero en comunidad abréviese la oración en lo posible, y cuando el superior dé la señal, levántense todos juntos.

LOS ARTESANOS DEL MONASTERIO
Los artesanos que pueda haber en el monasterio, ejerzan con humildad sus artes, si el abad se lo permite. Pero si alguno de ellos se engríe por el conocimiento de su oficio, porque le parece que hace algo por el monasterio, sea removido de su oficio, y no vuelva a ejercerlo, a no ser que se humille, y el abad lo autorice de nuevo.
Si hay que vender algo de lo que hacen los artesanos, los encargados de hacerlo no se atrevan a cometer fraude alguno. Acuérdense de Ananías y Safira, no sea que la muerte que ellos padecieron en el cuerpo, la padezcan en el alma éstos, y todos los que cometieren algún fraude con los bienes del monasterio.
En los mismos precios no se insinúe el mal de la avaricia. Vendase, más bien, siempre algo más barato de lo que pueden hacerlo los seglares, "para que en todo sea Dios glorificado".
et chisssst:

EL SILENCIO
Hagamos lo que dice el Profeta: "Yo dije: guardaré mis caminos para no pecar con mi lengua; puse un freno a mi boca, enmudecí, me humillé y me abstuve de hablar aun cosas buenas". El Profeta nos muestra aquí que si a veces se deben omitir hasta conversaciones buenas por amor al silencio, con cuanta mayor razón se deben evitar las palabras malas por la pena del pecado.
Por tanto, dada la importancia del silencio, rara vez se dé permiso a los discípulos perfectos para hablar aun de cosas buenas, santas y edificantes, porque está escrito: "Si hablas mucho no evitarás el pecado", y en otra parte: "La muerte y la vida están en poder de la lengua". Pues hablar y enseñar le corresponde al maestro, pero callar y escuchar le toca al discípulo.
(Regla de los monjes, de San Benito)

Ese es el espíritu del monasterio de la monjas de Gradefes. 
Ese es el aire que se respira allí.
Lo supo reflejar muy bien Núria, cuando compuso este diaporama… ¡A que sí!:




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