renunciar
Escalada no renuncia; están renunciando a él (o a ello). Más que renunciar, en Escalada se está legalizando un aborto; con la inoperancia de unos y la connivencia de otros.
San Miguel de Escalada (los templos y la abadía) no tiene quien lo defienda. Sus padres putativos han renunciado a serlo. Dejan de procurar, voluntariamente, algo que se posee, y a lo que se tiene derecho: la vida. No quieren admitir (los padres) que lo único aceptable , - y obligatorio para ellos -, es parir; incluso en los malos tiempos de los sacrificios. No se entiende que la necesidad obligue a sacrificar a un hijo. Y tampoco que se decida interrumpir un desarrollo. Porque las cosas que con la disculpa de la crisis y las carencias se deciden rematar de mala manera se convierten en abortos. Es decir: fracaso.
Ahora proyectan un remiendo, dure lo que dure; y todos tan contentos. Un remiendo con muchos remiendos. Y con incongruencias. La primera: los aseos públicos. Para el público, digo; que se espera numeroso. Pues, miren ustedes: Si de un autocar de 55, deciden (necesitan) hacer aguas menores 15 (uno detrás de otro)... y lavarse las manos (antes, o después), que se lo piensen (antes). Las instalaciones no tienen prevista la conexión a la red de aguas sucias del pueblo. Y casi, casi, ni tienen un pozo séptico; que no deja de ser una chapuza, en estos tiempos. Y a la tercera meada, - y más si tiras de la cadena - el pasillo comienza a sudar por los rincones. Es cierto, lamentablemente cierto. Pero los padres putativos estarán pensando en ello... Creo.
Y no seguiremos con la recepción de visitantes, ni los guias, ni el museo (que algunos llaman "cementerio de las ideas"), ni las piezas deshechas...
Valdabasta
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