alternativa

Lancia, una ciudad de 30.000 vecinos.Foto: Norberto

Miradlo bien. ¡¡¡Vendrán los bárbaros!!! (foto de Norberto, D.L)

El paso de una autovía por una zona conflictiva debería tener alternativas. Incluso la misma autovía en sí (puestos a revisar su necesidad y conveniencia).
Nos olvidaremos de la necesidad y conveniencia de la autovía Valladolid-León, y admitiremos "modernidad" como animal de compañia, por complacer a los amos de este juego de elecciones, de intereses, y de preguntas y respuestas.

El tramo de esta vía que va a traer modernidad, entre Santas Martas y León, es, claro está, muy conflictivo. Se han de salvar muchos obstáculos. Físicos: rios, lomas, canales ,vias de tren, vias modestas, caminos. Pero, sobre todo, culturales: calzadas romanas, caminos de Santiago, restos arqueológicos, cañadas reales, pueblos históricos... y sitios cargados de secretos ocultos.

La alternativa es la opción entre dos cosas o más. O es cada una de las cosas entre las que se opta. Pero también es la capacidad de alternar una cosa con una función igual o semejante.

Nos vamos a ceñir al tramo que en estos días vuelve a saltar a la palestra como más conflictivo: "alrededores del yacimiento arqueológico de la Ciudad de Lancia". Si alguien nos contara los planes y proyectos previos para ejecutar la autovía Valladolid-León, en esta zona, veríamos que hubo alternativas. Sí, las hubo. Técnicas, medioambientales, culturales, económicas... y ¿políticas?. Pero ahora deberíamos saber los motivos que movieron a optar por esta alternativa. Porque esa opción ahora crea responsables. O debería.
¿La empresa que se llevó la concesión tuvo competencia? (lo digo en el sentido de que alguna otra presentara alternativas). ¿Y tiene competencia? (lo digo en el sentido de capacidad técnica, y de respeto por todo lo que se encuentra). Y sobre todo, los que adjudican las obras: ¿tienen responsabilidad alguna?.

Sabemos que hubo más empresas en la plica. Y que hubo, sí, alternativas. En el trazado, y en el respeto a los secretos a voces, conocidos, de Lancia y sus alrededores. Hubo, - como los sigue habiendo - (fuera de plica) informes de arqueólogos, de historiadores, de técnicos de medio ambiente respetuosos, que algunos siguen pasando por el arco de triunfo. Estaría bien, al menos, que estos "alternadores" nos contaran muchas cosas.
Porque ahora, los pobres ciudadanos sufridores, (a los que además nos toca pagar las obras adjudicadas), venimos a lamentar estas desgracias y estos atropellos. Y nos hacen responsables de tragar una vez más las malas obras. Y, si callamos, de seguir mereciendo a los ineptos. Nosotros, los ciudadanos, tenemos en nuestros votos las alternativas. Y entre tanto, el derecho a exigir competencias, responsabilidades y resarcimientos.

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Comentarios

  1. Se puede decir más alto, no se puede decir más claro pero me temo que, en este caso, tenemos que añadir, como en la Biblia: Quien tenga oidos para oir, que oiga!

    Un abrazo Alfredo

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  2. Claro que hubo de todo, alternativas, exposiciones públicas de ellas, periodos de alegación etc, etc. Es por ley por lo que se hacen y duran mínimo unos tres meses en los tablones públicos, para que se expresen todos incluidos, los ciudadanos de a pie. Pero es mejor hacerlo cuando la prensa está cerca, porque si nos quejamos antes no salimos en la foto y parece ser que no sirve de nada. Esto es como siempre ...
    No se no se ...

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