matar las malas hierbas


Así era antes

Viajar es un placer. La primavera revienta en los campos. Todo es un inmenso mar de verdes, azules, amarillos, y rojos salpicados. Menos en las próximas cunetas, agostadas. Parece una epidemia. Las Carreteras del Estado han decidido, hace algunos años, utilizar productos químicos para eliminar las malas hierbas en los "banzos" de los caminos de los coches. Las malas hierbas, y las que no son malas. Y es una tristeza mirar de cerca el campo. Sobretodo, si vas despacio. Castilla y León ( y España entera, supongo) es como un castigo medieval en las cunetas. Al paso tranquilo, es como las tierras del Cid, (enfrentado al rey y desterrado): un sembrado de sal, maldito y maldiciente... Y maloliente.

Así podría ser

En estos días he leido - no sé dónde - que la Diputación de León "había aceptado dejar de utilizar esta plaga de productos químicos para eliminar las malas hierbas de las cunetas, en todas sus carreteras". Es toda una parábola, necesaria. Pero no la cumplen. Está claro. La pérgola verde que queda entre Cifuentes de Rueda y Gradefes es una muestra. Sus banzos, en primavera, son un nido de frescor a ras de suelo. Menos este año. A algún técnico ocurrente se le ocurrió la ocurrencia de matar las malas hierbas con sulfato. Y ahí están las hojas secas del invierno, que, sulfatadas, tampoco servirán de cama a las hormigas, ni de abono a las acacias.

Así debería seguir siendo

Ahí están las yerbas secas, feas, sin cortar; que afean más los pies de los árboles mangníficos que desfilan al paso tranquilo de los pacíficos paisanos.
Viajar en junio es ya peor que hacerlo en agosto. No hay ni chicharras. Nos tienen sulfatados. Hasta el canto de los grillos se va perdiendo con el mortal sulfato.

Mas, la vida se resiste, a pesar del sulfato... ¡¡¡miradla!!!

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