
Mi batalla es barroca;
con una marcha suave,
melancólica...
Un "¡¡¡qué se le va a hacer!!!", por Dios...y por la patria. Hay en mi batalla un ejército
pertrechado de nostalgia,
y un alto mando
con estrellas de resignación en la bocamanga...
Es un parcial reconocimiento a la derrota;Un asumir que esta guerra no es mía, - ni nuestra - ;un sometimiento necesario, innecesario. Una rebeldía silenciosa; y un miedo a desertar,y a terminar viviendo- muriendo -en calabozos.Así suena mi marcha guerrera, sin pendones que mareen - llenen de mar - el cielo azul y quieto de mi horizonte.
(A. Escalada/abril 2mil10)

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