cambio de hora

Nada más realizando una comprobación para ver qué estás haciendo tú...

¿Qué... sentado delante de tu ordenador, otra vez?

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El inicio de esta idea se remonta al año 1784, cuando Benjamín Franklin, siendo embajador de Estados Unidos en Francia, envió una carta al diario Le Journal de París en la que proponía algunas medidas para el ahorro energético.

Franklin propuso tres medidas: imponer un gravamen a las personas cuyas contraventanas impidiesen la entrada de luz a sus habitaciones, regular el consumo de cera y velas, y hacer repicar las campanas de la iglesia al amanecer para que todo el mundo se levantase a la misma hora. Estas propuestas no se tomaron en serio, pero al poco tiempo comenzaron los primeros experimentos de iluminación con gas, cuya peligrosidad hizo plantearse seriamente el tema del ahorro energético. Así, poco a poco, las ideas de Franklin fueron retomándose y evolucionando hasta llegar a la conclusión de que lo más conveniente era cambiar la hora, una medida que no se instauró plenamente hasta 1974.

La crisis del petróleo de 1974 provocó que se volviera a recurrir al adelanto de los relojes en España y en el resto de Europa, con la argumentación de que se ahorraba energía en la iluminación. Desde entonces los países europeos atrasan y adelantan el reloj. Sin embargo, siempre ha existido el mismo debate, ¿realmente interesa cambiar la hora?

En Europa, el cambio de horario de invierno se realiza el último domingo del mes de octubre, retrasándose una hora los relojes. La hora en que se realiza el cambio son las 03:00, pasando en ese momento a ser las 02:00. Esa fecha el día realmente pasa a tener 25 horas, ganándose una hora más. El cambio de horario de verano se realiza el último domingo del mes de marzo, adelantándose una hora los relojes. La hora en que se realiza el cambio son las 02:00, pasando en ese momento a ser las 03:00. Esa fecha el día realmente pasa a tener 23 horas, perdiéndose una hora.

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Nunca he entendido (ni bien ni mal) las ventajas del cambio de horario y el supuesto ahorro de energía que oficialmente nos aseguran, y nos demuestran con una ciencia tan inexacta como la estadística. Y no va a ser hoy el día apropiado para intentar entenderlo, porque, entre otras cosas, tengo una hora menos.

Pero hay otro enigma más complicado que sólo voy a apuntar: ¿a dónde se va la hora que nos quitarán hoy?, ¿de dónde viene la hora que nos dan de más en octubre?... Es algo así como el misterio de la papelera de mi ordenador:

La tengo vacia,¡bien!; pero decido tirar en ella las fotos que me sobraban de mis últimas vacaciones, o el reportaje aquél que ya está caduco, y que guardaba por un "pa´porsia"...; lo tiro, y allí sigue estanto, todavía, en ese sítio indefinido;virtual, pero real... Dos días más tarde, cuando bajo la basura real de mi cocina, decido vaciar la papelera de mi computadora. Es muy facil, y muy limpio. Ni siquiera necesito arroparme para bajar a la calle, como hago con la mierda real. Aprieto el ratón, cuando la flecha de su lengua alargada apunta el dibujito del cartel, y ¡zas!. Bueno, no. El ratoncito me tiene un cariño especial (se ve que es por las contínuas caricias de mi dedo en su lomo gris)

, y me pregunta, casi en un suspiro: "¿Realmente quieres echar a la basura esas cosas "geniales" que guardabas?" . Yo le digo: "Que sí, coño, que sí". Y entonces, ¡zas!... La papelera virtual me enseña el culo transparente, y las paredes transparentes, y el cubo transparente. Y me dice, en catalán: "Res de res". Yo me acuerdo que res, en latín, es cosa.

¡Qué cosas, no!

(Alfredo Escalada/27.03.2mil10)