La corriente de agua pura,
cristalina,
se hunde, virgen, en las entrañas
calcáreas.
donde discurre
la melodía de los siglos.
Arroyo y río:
La vena acuosa
se levanta, reventona,
entre las grietas, como un preludio blanco
a la eternidad
del colorido.
Praderío:
Marzo es un prólogo
de claridades níveas.
Entre las sombras
verticales
de las grandes montañas,
relampaguean los narcisos.
Sotobosque:
Revoltijo pajaril,
picoteando acederas, achicorias,
rabos de zorra,
o berros en los humedales...
Hogar:
El leño se consume.
Por el humero salen los besos
calientes,
en bocanadas de humo.
Paloma:
En el tejado, debajo del nogal desnudo todavía,
una bravía
arrulla,
posada en el adorno de barro
que tengo, de un botijo.
(Alfredo/08.03.2mil7)
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