EL DÍA DE LA LENGUA MATERNA


Cada 21 de febrero se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna, que fue proclamado por la Conferencia General de la UNESCO en noviembre de 1999. Anualmente, desde febrero de 2000, esta fecha es observada con el objetivo de promover el multilingüismo y la diversidad cultural. La lengua materna, lengua nativa o primera lengua, en general, es la primera lengua natural que una persona aprende. Se pueden dar varias circunstancias para la consideración de lengua materna: la lengua de la madre; la primera adquirida; la lengua que se conoce mejor. Ésta esta asociada a la valoración subjetiva del individuo con respecto a las lenguas que conoce. La lengua adquirida de forma natural, es decir mediante la interacción con el entorno inmediato, sin intervención pedagógica y con una actividad mínima, o sin ella, de reflexión lingüística consciente.
Para mí, la lengua materna ( que implica todo eso) es una mezcla de leonés del norte, casi asturiano; pero mezclado con un acento extremeño, que nos traían y llevaban los pastores de la transhumancia. Mezclado con un acento y con una música, que ponían los pastores nómadas, en sus romances entrañables. Quiero decir de las entrañas de la tierra, como este que está sonando, y que recuerdo oir cantar muchas veces a mi abuelo.
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Tuve una suerte enorme, de niño. Viví mi tierna infancia en un pueblín, camino ya de la montaña central leonesa. De paso hacia los verdes pastos de La Tercia. De descanso de los pastores que subían de Extremadura con sus inmensos rebaños de merinas. Era un juego más intentar contar los bichos del rebaño, cuando invadían las calles del pueblo, entrando desde la cañada real que viene del sur, - quiero decir: venía, ay; porque hoy ya no existe -, por el Soto...
Los pastores traían el zurrón cargado de tradiciones. Y su boca estallaba, cada primavera, en cantares de romances... Mi abuelo, el cascarrabias, se los sabía todos, de carrerilla... Como sabía el kirie y el credo, que cantaba desde el coro, detrás del facistol alto, haciendo duo con el cura,que estaba allá abajo, cara al retablo y culo al pueblo...
¡Parece que lo estoy oyendo!. Yo absorto, embobado. Él repicando en el yunque con el monótono martillo de picar la guadaña...

Dedico este romance, - que ahora he descompuesto y compuesto en un vídeo - a mi abuelo, el cascarrabias.



Romance de la tradición extremeña y leonesa:
Ambas unidas por el fenómeno de la transhumancia.
Interprete: José Canal; Cáceres.
Nota
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