*** La Paz de Dios, y la Guerra de los hombres ***

*** La Paz de Dios, y la Guerra de los hombres ***

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"LA PAZ DE DIOS"


Allá por el siglo XI el mundo "civilizado" (?) estaba en más días de guerras que días tiene la semana. Y eso afectaba a la poca vida laica que quedaba libre, en aquel feudalismo dominante. Los señores tenían las tierras, las casas, los derechos de pernada... Vamos, que se lo pasaban todo - y a todos - por la entrepierna.
Llegaron los monjes, - propiciados en principio por los reyes y los señores feudales -, y se fueron acercando a la clase vulgar, que sin saber cómo se quería rebelar. A cambio de un montón de fueros, impuestos y reverencias, el pueblo llano se fue ganando algún derecho, contra la barbarie dominante; si bien poniéndose al servicio de otra clase, la clerical, que a veces "tal le bailaba"... Pero, bueno: el pueblo estaba cansado de pelear en guerras que no eran las suyas todos los días de la semana; y encontraron en la iglesia un defensor, y un buscador de la paz cotidiana, tan necesaria.
La iglesia comenzó por santificar completamente los domingos, y prohibió todas las hostilidades desde la noche del sábado hasta la mañana del lunes. Y llamó a esto la "Tregua de Dios"; consiguiendo que los guerreros lo aceptaran. También alcanzaron que se reconocieran los lugares sagrados como oasis de paz, en medio de tantas algarabías. Y llamaron a esto la "Paz de Dios". Más tarde, avanzaron esas treguas y esas paces a los días consagrados a los misterios de la fe, y decretaron libres de guerra días tales como la Ascensión, Jueves Santo, día de la Pasión, y sábado, día de la Resurrección. En un paso posterior se incluyó en la tregua el Adviento y la Cuaresma. Algo se había ganado...
Sin duda, el Monasterio de San Miguel de Escalada tuvo que ser un lugar tenido como recinto de la "Paz de Dios"; y libre de las escaramuzas, por la "Tregua de Dios". Estamos seguros. Y en esa convicción, queremos presentar esta bonita estampa, que titulamos "El requiebro del soldado". Porque la "Paz de Dios" tiene que estar el servicio de los hombres. Y los hombres ansían la paz de una tarde de primavera, la sana algarabía de los jóvenes, la impagable felicidad del "jaser ná"... y el "tierno requiebro amoroso de un soldado", cansado de luchar... por nada.
Dejad en paz la paz de los hombres. De lo contrario seréis excomulgados.




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LA GUERRA DE LOS HOMBRES: nuestra Guerra Civil 1936-1939.
El pueblo de San Miguel de Escalada y Valdabasta también tiene su historia; y sus historias. Historias escondidas y olvidadas de sus gentes, escondidas como raposos en sus casas. Pero podríamos sacar a relucir muchas historias mínimas, cotidianas, Mínimas pero especiales e importantes.
Por ejemplo: historias de nuestra guerra civil pasada. De la vida civil de las gentes de este pueblo en el periodo de la contienda, y también en los años de la postguerra, tanto o más difíciles, pero sabrosos en acontecimientos "importantes", por lo necesarios para seguir viviendo.
Los paisanos de este pueblo, como otros muchos en nuestra tierra leonesa, seguían su vida a la guarda de sus Concejos Vecinales; y por medio del Concejo y de sus Actas podemos conocer muchos detalles de esa vida. También en los periodos citados de Guerra y de Postguerra.
De sus "crónicas" - sencillamente expresadas, pero minuciosas a veces, y otras veces escuetas - podemos conocer y afirmar que "la Guerra pasó con relativa calma por el pueblo de San Miguel de Escalada y Valdabasta". Aunque seguro que no fue ese reducto medieval de la "Paz de dios" que tuvo la Abadía y el Priorato.
En las actas del Concejo podemos ver, someramente, algunas noticias de cosas ordinarias, como las que espigamos como ejemplos mínimos:
- agosto del 36: se convocan facenderas para los arreglos de los caminos.
- septiembre del 36: se detallan los gastos del viaje a León de la Junta Vecinal, por asuntos del pueblo.
- octubre del 36: se renueva la Junta Vecinal, y se procede al nombramiento del gobierno.
- octubre del 36: se acuerdan los detalles de cómo construir la Fragua.
- enero del 37: nuevos nombramientos en el Concejo.
- abril del 37: se determinan los pagos por la renta de los pastos.
- julio del 37: se dan normas para el aprovechamiento del monte de "Val de la Vega".
- noviembre del 37: se destituye al Secretario (S.C.), por incumplimiento de sus deberes.
- enero del 38: se acuerda dotar a la Escuela de Casa,"avitación" de la misma, con su Cocina Económica. (un lujo, vamos).
Todo suena a normalidad, dentro de lo que cabe. Seguro que por debajo existieron historias más tristes, y más graves. Pero eso es una otra historia., tristemente común en muchos lugares...

Y ahora, yendo a dos ejemplos de dos actas exactas, vamos a conocer algo de la postguerra:




1.- En la sesión (del uno de septiembre de 1939) se acordó hacer el reparto para cobrar cuatro mil cuarenta y dos pts. y cuarenta cnts. importe de dos certificaciones nºs. 423 y 424, pertenecientes al "cultivo agrario" de los años del treinta y cinco al treinta y ocho inclusive, siendo distribuida cuya cantidad entre todos los llevaderos de cuyas parcelas destinadas al cultivo agrario...
Firman: Secretario: Eliecer Fernández; Francisco Moratiel, Presidente; Vocales: Paulino Blanco, Sandalio Campos y Blas Tomé.
(Esto parece dejar claro que en los años de guerra se suspendieron los pagos, pero no los cultivos. Cosa razonable y sensata. ¡Los pueblerinos tenían la cabeza bien amueblada!)



2.- En sesión celebrada el día ocho de enero de 1940, bajo la presidencia de Don Francisco Moratiel, compareciendo sus respectivo bocales, se procede a tomar y revisar tanto los ingresos como los gastos, con sus pruevas y gustificantes (respetamos lo textual, con faltas de ortografía, claro), desde el ejercicio del año treintaiseis, asta el día de la fecha, siendo responsable el presidente y depositario de tales fondos del pueblo del ejercicio ya mencionado, alcanzando al depositario de tales fondos, la cantidad de quinientos cuarenta y seis pts. con cuarenta ctns. Y para que conste, firmamos en la presente fecha las cuentas ya mencionadas, de lo que yo, secretario, certifico:
Eliecer Fernández,
Francisco Moratiel, Presidente,
Bocales: Paulino Blanco, Blas Tomé, Sandalio Campos
(Es decir: lo pasado, pasado... pero las cuentas claras. Y adelante)
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AÑADIMOS IMAGENES DE ESTAS DOS ACTAS REPRODUCIDAS EN SU TEXTO EXACTO:
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Pero hay una costumbre muy particular e interesante que nos dejan las crónicas de estas Actas:
"PEDIR LA VECINDAD":
En el siglo pasado, era costumbre en este pueblo que se pidiera la vecindad a la Junta Vecinal. Así se recoge en el libro de las actas que reseña los acuerdos del gobierno popular. Casi siempre a modo de anexos a esas certificaciones más formales que firmaba la corporación del concejo. Aquí van algunos ejemplos de vecinos que "pedían la vecindad":
Es un documento muy curioso, y fidedigno.
Ah!!!: el día 2 de enero de 1952
"pidió la vecindad" un familiar del "investigador"
y "recuperador" de este documento, L.G.P.
¡¡¡Ahí queda eso!!!
(se puede ver a pantalla completa
y como un libro... ¡¡¡prueba!!!)


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