Esta primavera es un regalo, al lado de mi casa.
Está en tierras que fueron de los chantres de la Catedral, y/o del Obispado... y que ahora están pasando a manos de los especuladores del Este de la ciudad, quienes están arrasando amapolas, margaritas y malvas; para poner en su lugar páramos de cemento, piedra y brea.
¡¡¡Dicen que progresamos!!!
¡Que el dios Candamo confunda a los mercaderes!
18, Mayo de 2020
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