Hay algunos
que consideran que la reciente petición de autonomía para el Reino de León,
independiente de Castilla, no es oportuna porque no es momento de
generalizar los divorcios en España. Y que esta decisión puntual es como una
rabieta, después de una riña peliaguda en un matrimonio. Respetable opinión.
Hay otros que consideran que lo que habría que
hacer es reclamar primero por daños y perjuicios de esta unión, antes de
plantear si los leoneses (región) nos queremos separar o no. También digno de respeto.
Algunos no
entendemos mucho de la justificación jurídica de este matrimonio. Sólo nos
parece que ha sido un mero ayuntamiento copulativo entre dos jóvenes
inexpertos, que fueron llevados al matrimonio por intereses de terceras partes
contratantes (viejos verdes de una política dictatorial, que se disfrazaron de
amantes padres de la patria).
Los novios
fueron llevados al matrimonio con los ojos cerrados, haciéndoles creer que era
conveniente encauzar su pasión de autonomía en una senda moderada por los
intereses de sus progenitores, de los dos lados del amorío; por otro parte, cosa generalizada entre las jóvenes e inexpertas
realidades del panorama nacional.
Los novios
fueron al matrimonio por el sexo; pero sin seso: Sin que nadie les
hablara de regímenes de gananciales y/o separación de bienes; sin conocer lo
que era y suponía un bien común o un bien privativo; sin saber (y sin querer
saber) si pudiera existir nulidad matrimonial, vicios o defectos esenciales
al contraer; o posibles divorcios por voluntad de una u otra parte, o de
las dos.
Pero
algunos, - ignorantes - creemos que hay en este matrimonio (de sospechosas
conveniencias) algunas, - muchas -, causas de nulidad; que, aunque sea pasados
35 o 40 años, al menos nos dan ahora para meditar:
--Por
incapacidad, debido a la edad: los dos novios eran, por aquel entonces, menores
de edad.
--Existieron,
por ambas partes, matrimonios previos, si bien no subsistentes debido a otras
cuestiones históricas.
--Hubo
entre ellos un grado de parentesco, sin duda inhabilitante.
--Existía
en esa relación una falta de honestidad pública reconocida.
--Se
saltaron por encima algunos votos públicos de castidad, al menos por parte de
una parte, que se ha sentido violada, con toda falta de honestidad.
--Se
quisieron mezclar tradiciones, religiones y disparidad de cultos que no eran
compartidos por los novios.
--Hubo,
y hay, claros episodios de impotencia, al ser inducidos a yacer juntos…
--Se
vieron obligados al casorio por poderes; y por poderes nulos, que es peor.
--Hubo
dolos provocados para obtener consentimientos; amenazas de que era necesario
este matrimonio por peligro de muerte, sin que existiera realmente este peligro
para ninguna de las partes.
No haberse
casado hubiera sido mejor. Así que es razonable decir: ¡Hasta aquí!
Es buen
momento ahora para decir que no queremos seguir en este “ayuntamiento”. Sin
rabietas. Sin cálculos económicos de pérdidas y ganancias. Sólo por asumir que
no hubo, ni hay, ese tipo de amor y sacrificio, necesarios para continuar con
este “matrimonio”, que – repetimos – es nulo, según todo nuestro derecho.
Creemos que esta postura es "idem" de respetable.
Creemos que esta postura es "idem" de respetable.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Espero tu comentario amable. Me ayudará a mejorar. Gracias.