sequía

Sequía

La boca seca.
Seco tenía el corazón...
y no llovía. Agostado era el huerto
y la pradera.
Un estanque vacío se llenaba
de sequedales tíbios; y el manadero estaba
con la cruel sequedad,
- áspera y dura - en las entrañas.
En el monte, la lobera estaba enjuta,
consumida, polvorienta. No se acordaba
de cuando fue cama de juncos
y de cañas.
Seca la boca. La loba aulla. Sin palabras.
(agf/24.02.2mil15)

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