
“Tras de un amoroso lance…”
(San
Juan de la Cruz)
Estoy abatido, aquí,
prendado de tu mirada.
La dulce tarde encarnada,
- mirando - en tu cara vi.
Roja de sangre tu boca,
te reventaban los labios;
y en los ojos los agravios
por negarme lo que toca.
Lo que toca me negabas,
aunque yo te lo pidiera;
ay, dolor, si yo supiera
darte, amor, lo que esperabas.
Lo que aspiro en mi suspiro,
me priva de aliento el alma;
¿cómo me dices: “ten calma”,
si ni siquiera respiro?
Todo, ay…“por dar a la caza alcance”
(agf/04.01.2mil15)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Espero tu comentario amable. Me ayudará a mejorar. Gracias.