la idea inteligible... y la sensible


Vienen asomando en mi cara
las arrugas;
sobre todo en mi frente. 
Afuera , a la intemperie,
surcan las invertidas venas
estas carnes,  y el polvo 
del que me fueron hechas.
Un sudor, todavía caliente,
me está cayendo del cabello, 
- insistente...
todavía  -;
y baja hasta mi boca las ideas...
Dentro, muy dentro, 
en este castillo óseo 
que Neruda llamaba "la torre del pensamiento", 
se deshiela el invierno;
y cae, en cataratas límpidas,
mi idea inteligible,
que intenta brotar, sensible y bella, 
en los manantiales de la poesía, en primavera...


(agf/13.04.2mil14)

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