
El otro día, iba yo caminando, lentamente, por la Calle Ancha, de León. La Calle Ancha es una rua peatonal, de paseantes, de caminantes, de turistas, de peregrinos, de viejos lentos. Y de locos...
A la altura del Hotel París, me tropecé con Julian Beever, un inglés loco, que se gana la vida pintando en el pavimento con pinturas de cera, pintando realidades ciertas, desde un punto de vista exacto...
Hay que mirarle desde una altura exacta, desde un ángulo concreto, y desde una distancia equilibrada.
Yo me armé de paciencia; que es lo único que me arma el alma en estos tiempos locos. Y me vestí los ojos con las gafas de la imaginación. Julian Beever me contó una historia en cinco episodios cortos, con pinturas de cera de colores en el suelo de la Calle Ancha:





Yo, incrédulo, me había ido separando. Al hacerlo, perdí el punto de vista: el ideal, el único posible para ver las realidades imaginarias... Y Julian se quedó real, vestido de pintor callejero, con un lienzo en el suelo manchado de garabatos, y una tiza de cera entre sus sucias manos...
¿No me crees?... Julian Beever tiene una página en Internet. Este es su enlace:
.
#
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Espero tu comentario amable. Me ayudará a mejorar. Gracias.