la ley me ampara



Hace algunos años, cuando había más pordioseros por las calles, (pordioseros de los honrados, de los etimológicamente honrados...), los ricos deshonestos solían despacharlos con una hipócrita jaculatoria: "Que Dios te ampare, hermano".
Ahora hay muchos deshonestos haciendo la calle: especuladores, banqueros, políticos... Que llevan en sus labios una letanía misericordiosa para ellos mismos, e inmisiricorde para el resto: "La ley me ampara".
Creo que nos hace falta un Moisés furibundo que rompa en sus costillas (las de los deshonestos) las viejas tablas de la ley... Y que se escriba sólo un mandamiento: "DIGNIDAD".


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