grafiteros en Escalada

...con antepasados en Escalada.
 
Desgraciadamente, estamos acostumbrados a ver los grafitis como una expresión grosera, - con una muy bien ganada fama - en nuestras calles, y en multitud de sitios. La grosería es falta de educación y de cultura. Pero hay algún grafitero actual que se ha reconvertido en educado y estudioso. Y hasta expone ya su obra en los museos, que son los templos oficiales del arte educado (dicen). 

¿Qué españolito - o incluso de más allende - no ha visto en las paredes de un solar abandonado la silueta de un hombre tuerto, con un ojo "estrellado", tocado con un bombín a lo Charlot, y con su firma de multicopia con patrón de madera y spray negro, que dice: "Dr. Hofmann" ? ...Pues ese tío que repite en medio mundo su queja silenciosa, y su pavoneo en blanco y negro para llamar la atención, es de León. Deja su huella en sítios peregrinos: una tapia, un balcón, un poste de la luz, una pilastra del puente en la autovía, una pared deshauciada en el Bárrio Húmedo en León, un peñasco en las Hoces de Vegacervera... Mira el "cabrón" (lo digo: no como insulto, sino como piropo: rumiante calzado de pezuñas, que sube riscos y salta admiráblemente los obstáculos); mírale, digo, cómo engalga, sigiloso y furtivo, para gritar educádamente su opinión. Sin ser nada "macarra". Con ternura a veces. Y siempre, con pasión.

Ahora sabemos - ya lo sospechábamos, ya - que ha habido desde hace siglos en León grafiteros ermitaños y escurridizos, que a veces formaban tribus más o menos organizadas, como los eremitas de los alrededores de León o los enigmáticos moradores de las cuevas de la ribera del Esla (Villacontilde, Villiger, Valle de Mansilla) y del Porma, en Villamoros y Villasabariego, cabe de la Lancia astur. O como los más organizados de Escalada, que dedicaron grafitis antiguos al Arcángel San Miguel, en su venida.

 Pero, ay pena, penita, pena... En las paredes de Escalada conviven groserías maleducadas (valga la "rebuznancia") por doquier... 






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