PORDIOSEROS DE HOY


          ^
    PONER VOZ

¿Porqué "hacemos" limosnas?

Limosna es lo que se da como donativo para socorrer una necesidad. Parece una redundancia: "dar un donativo". Pero no, no lo es. Donativo es la entrega voluntaria de algo, sobre todo con fines benéficos... (es decir: para hacer el bien). Voluntaria y desinteresada. Piedad, puede ser: religiosidad, fervor, misericordia, lástima, compasión, clemencia. De todas esas cosas tenemos todos muy poco, en estos tiempos.

NIETZCHE fue aquél filósofo alemán al que muchos atribuyen el sanbenito de la frase: "El hombre es un lobo para el hombre"... Eso ya lo dijo el latino Tito Marcio Plauto:
"Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit."(Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro). Y más tarde Thomas Hobbes, filósofo inglés del siglo XVII, en su obra Leviatán, que dice que el egoísmo es básico en el comportamiento humano, aunque la sociedad intenta corregir esta práctica favoreciendo la convivencia.

"Hacemos" limosnas, - damos sin donar -, por egoísmo puro. A veces por soberbia; otras por fariseismo. Damos siempre con la mano derecha; que se vea bien. La mano del orgullo, de la displicencia, de la fórmula social. Limosneamos, activamente, con temor. Con miedo a estar, pasivamente, cualquier día cercano, al otro lado. Damos limosnas por auto-complacencia; por "aquí estoy yo". Pero nos importa un carajo el hombre. El pordiosero es, - sigue siendo - un lobo. O lo somos nosotros. Para él, y para nosotros mismos. Con nuestras miradas fieras; o simplemente torvas, por lo hurañas.

Y no digamos que "hacemos limosnas" por fe, religiosidad, misericordia o clemencia. Ya ni siquiera hay "pordioseros", que son los que piden "por Dios". Ni siquiera por cualquier dios digno, o dignificante. Sin llegar a generalizar, se pide por atrevimiento, por caradura, por facilidad, por vaguería, por picardía, por negocio lucrativo... Esos deben ser los dioses actuales de esta sociedad.

Mas, sobre todo, no miramos al pedigüeño. No sabemos nada de él. Ni lo queremos saber. ¿Alguno de nosotros sabe cómo tiene los ojos un mendigo? ¡¡¡Quia!!! Si lo supieramos, sabríamos que hay hambres más acuciantes en las bocas de los hombres. Pero eso no nos importa. Incluso nos molesta poder llegar a conocerlo.

Yo, por propósito firme y por sistema, no doy limosnas en la calle. Tengo otros cauces para hacer llegar mi donación. Así, el otro día, un mendicante - después de decirle que no a su petición, y de darle someramente mis razones, y mi alternativa - me saludó (creo que cordialmente): "Quede usted con Dios". Ese sí es un "pordiosero"... Y me hizo caso: se fue al comedor de las monjas de la caridad en Puerta Obispo. Esas sí dan caridad. Y saben cómo tienen los ojos los mendigos. De colores. De todos los colores. Como tú y como yo. Como ellas... El pordiosero llevaba en la mano un vale de comida (dos platos calientes, pan, postre y agua), pagados previamente por mi mano izquierda, sin que lo supiera la derecha. Ahora lo cuento, porque sé que nadie va a leer esto que escribo. 

#################


Comentarios

  1. Hace media hora, abajo, en la calle donde vivo, he levantado del suelo a un hombre desarrapado, que se había caído de bruces al cruzar la calzada. El hombre estaba más dañado por dentro que por fuera; y no precisamente por la caida. Sin arriesgarme mucho, iba lo que se dice "cargado"... Puesto en pie, a duras penas, se negaba a aceptar una ayuda, un servicio de ambulancia, y mucho más la presencia de la policía local... Y hasta llegó a incomodarse. De todos modos, algunos vecinos avisamos al 112, que nos hicieron un interrogatorio demasiado largo... que no entendemos, la verdad. Entretanto, el vagabundo había inciado de nuevo su marcha, sin hacernos caso; y lo primero que buscó fue la puerta de un bar próximo... Allí debe ser "conocido", y le negaron la entrada. La funcionaria del 112, al oir nuestros detalles, dió por cerrado el caso.
    Yo he vuelto a casa un poco apesadumbrado... Pero, al fin, resignado.

    Creo que el protagonista de esta historia no es un pordiosero, ni un mendigo clásico; ni siquiera un transeunte... Aunque también es verdad que bastante tiene para él, el pobre, soportando la "carga" que le ha tocado!!!
    ¿Quíen es el culpable?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Espero tu comentario amable. Me ayudará a mejorar. Gracias.

Entradas populares