“Anegamiento”
A veces lo que sobra
nos inunda,
y nos ahoga.
Yo prefiero los charcos,
tras la lluvia.
Ellos son cielos diminutos;
jirones de añiles, - de azul oscuro con rotos de violeta -,
y de nubles blancas,
que asoman
por las grandes ventanas de azabache.
Lo excesivo, siempre, sumerge
y hunde las casas;
y se lleva, a raudales,
hasta las propias lágrimas.
Yo prefiero los charcos,
tras la lluvia…
(agf/25.08.2mil11)
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