Esta primavera toda España está sufriendo tormentas arrolladoras.
Aquí en León, ha llovido a mares; pero sin desgracias conocidas. Los arroyos corren de nuevo por donde acostumbraban... O por donde los dejamos; porque ahora nos olvidamos de dejarles libre su sitio. Y a veces saltan las cunetas, atrancan las alcantarillas y los ojos de los puentes, y nos invaden los caminos señoritos.. Y eso nos jode - ¡qué gracia! -, cuando la culpa no es suya...
Cuando yo eran niño... mi cielo
estaba en un charco:
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