SALVEMOS LANCIA


¡¡¡Salvemos Lancia!!!... pero, ¿cómo?

Primero: ¿Cuántos años lleva hecha la carretera? ¿Se encontraron restos, entonces? ¿Están recogidos, catalogados, estudiados, expuestos...?

Segundo: ¿Cuando se hizo la obra del canal que pasa a los pies del cerro? ... Con las mismas preguntas... ¿Hubo respuestas? ¿Las hay ahora?

Tercero: ¿Cuando se instaló la gasolinera? ¿Con qué informes, estudios, permisos...? ¿Se encontraron restos, entonces? ¿Qué fue de ellos?

Cuarto: Las excavaciones de ahora, entre la gasolinera y la presa, ¿son exhaustivas? ... No para plantar la autovía, claro. Deben serlo para recuperar, de una vez y para siempre, toda la verdad - ¡¡¡todas las verdades!!!- que nos deja la Historia...

Recuerdo que hace unos años, - cuando la utopía tenía aún cabida en las mentes de algunos responsables, en nuestra sociedad -, se habló de un plan "utópico" para salvar la Ciudad de Lancia. ¿Podría ser un proyecto del COAL? ... Quizás. El Colegio Oficial de Arquitectos de León ha tenido algunas veces "ideas de bombero". Así se lo ha reconocido la realidad de los politicuchos, en la práctica.

En fin: sea quien fuera el Tomás Moro de la idea, la verdad es que estaba bien. Salió en la prensa, rimbombante e ilustrada. Como salieron otros planes utópicos de hacer de la calle de La Rua leonesa un bulevar semicubierto, comercial, turistico y entrañable...

Lancia, en ese proyecto, era - sería - una gran área arqueológica, de divulgación, estudio y musealización, en su sitio real. Abarcaba -abarcaría - los terrenos conocidos someramente en aquellos tiempos (los de la meseta que está sobre la loma); y los "sospechados" de todos sus alrededores. Con fundamentos, eso sí. Porque en aquellos años ya se conocían técnicas para "adivinar" lo que ahora nos destapan las máquinas de las obras de la modernidad. Y todo el entorno se plasmaba como una gran ciudad astur-romana, a la vista y al tacto de todos los animosos ciudadanos de hoy, hambrientos de cultura.

¿Qué fue de aquella utópica Lancia?. Lo mismo que el bulevar de La Rua. Lo mismo que muchas cosas de León, que todos lastimamos, por perdidas.

Ahora (no me hagan mucho caso), todavía andaríamos a tiempo con Lancia. Incluso sobrellevando las cruces que tiene sobre sus espaldas: el canal de riego, la concentración parcelaria, la gasolinera... y la autovía atroz. Sí, incluso esa autovía "necesaria" innecesaria. Pero, claro, para ello deberíamos tener unos gobiernos utópicos (quiero decir del pensamiento de Tomás Moro), que nos hicieran las cosas tal. Porque, al final, no es tan dificil: cambiar una vega semiexplotada por la maltratada agricultura, por un rincón utópico de cultura. Y de riqueza. Porque si ese cacho de vega da de comer a dos ganaderos, una ciudad de Lancia utópica (pero real) podría dar vida a varias personas más. Y orgullo. Y presunción (de presumir con derecho). A todos los leoneses.


(publicado en Leonoticias.com, periodismo ciudadano)
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