¡¡¡Viva la eñe!!!

¡¡¡ Cooooñó !!!

Un día de estos, en un momento de la mañana que cogí el coche para un viaje corto, escuché, de pasada, un programa de radio, que me resultó simpático. No sé si el tema serio del programa iba de salvar la eñe; pero por unos minutos se puso interesante. Tanto que prolongué adrede el recorrido, sólo por divertirme.

Un locutor había propuesto recoger de los oyentes palabras nuevas, inventadas, que contengan la eñe... No pueden ser ya existentes, ni derivadas de ellas, ni aumentativas, ni disminutivas de las ya existentes... Deben tener entidad propia; inventadas, creadas, con gracia y con salero... Y, ¡Dios, qué borrachera de palabras, soltaron los oyentes! ¡Desde luego, los españoles tenemos chispa, mucha chispa... ¡Tenemos eñe!

Yo voy a poner aquí un diccionario breve de palabras nuevas, inventadas... ¡con eñe!:

- Añacos: trozos grandes en que se divide una cosa al romperse.

- Añadil: tierra que se deja sin sembrar, un año.

- Añilina: colorante azul oscuro.

- Avisguiño: aviso, advertencia, hechos con los ojos.

- Boñilga: lugar sucio, en el establo de vacas y caballos, donde se depositan las boñigas.

- Cejañeo: movimiento rápido, y repetido, de las cejas.

- Cogorzoña: borrachera triple: cogorza, toña y moña.

- Chatiñato: dos veces chato.

- Eñésimo: número indeterminado más uno, en España.

- Marrañoso: cerdo sucio aqueroso.

- Mesñoso: que tiene muchos meses.

- Miñón: parte atrofiada de mi cuerpo.

- Negrañil: mujer negra que se dedica a construir edificios.

- Postaño: en tiempo futuro.

- Sigloñoso: que tiene muchos siglos.

- Suñón: parte atrofiada de su cuerpo.

- Tacatiña: mezquina.

- Tuñón: parte atrofiada de tu cuerpo.

- Zuzurrueñegui: apellido vasco, último en la guía telefónica, ¡vaya vergüenza, para el tío!...

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