la venganza

Hoy os regalo un cuento,
recién salido del horno:


LA VENGANZA

Érase una vez un muchacho al que le encantaban las palomitas de maiz. En el cine, en el recreo, en el parque, en el estadio, en la calle...
No se puede decir que las devoraba, porque comer palomitas de maiz es como querer masticar el aire. Tan sólo encuentro algo parecido a ello: chupar bolas de algodón azucarado. Es como lamer las nubes, blancas, blancas, blancas... en la feria de los caballitos y de las montañas rusas. Y allí también, en la feria, el chico se ponía atiborrado. De palomitas huecas, y de nubes dulces, ensoñadas...
Un día, iba el niño caminando por la explanada del parque. Llevaba en la mano una bolsa de palomitas, ya casi deshinflada. Y en la barriga hinchada un extraño aleteo de palomas; casi un revoltijo. Se acercó al surtidor de agua que estaba en medio del paseo, salpicando un chorrito interminable por su boca de pez: un pez de plata. De repente, un fuerte aleteo sobrevoló la cabeza del muchacho, que miró al cielo, asustado. Una paloma vestida de cernada, con una pechera gris, y unas mangas blancas que se alargaban hasta la punta de las alas, cruzó el aire, en busca del chaval. Un grito, casi de guerra, estalló en la plaza. Fue como un chirriante graznido negro y amenazante. Como hacen los grajos. El niño echó a correr, con la mano derecha en la cabeza, como un escudo. Pero su mano izquierda no soltaba la bolsa de palomitas blancas. Y se desplazaba en zig-zag, queriendo despistar a la paloma atacante. Ésta perseguía a su presa fácilmente. Como un imán persigue al hierro. O al revés. ¡Mientras el pichón de hombre no soltara "el blanco"!
El glotón obcecado siguió corriendo, sin rumbo fijo. Y la paloma tenaz persiguió al muchacho. Era una presa fácil. De entre sus patas le regaló al pobre niño su venganza, en "riletes"(*) - salpicaduras - blancos...

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Taza de café

(*) no he encontrado "rilete" en el diccionario de RAE. Tan sólo he visto:


rilar:



  1. temblar, tiritar: el reflejo de la luz rila en el agua.
    Coloquialmente: acobardarse, echarse atrás...

Pero encuentro en mi memoria leonesa: "rilarse", que es más que acobardarse. Es acobardarse,"cagándose por detrás"; y también el cagar extraordinario de las aves grandes (por ejemplo de las cigüeñas: "¡¡¡menudos riletes echaba la cigüeña desde la torre de las campanas!!!")

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