Yo conocí Garfín de Rueda hace unos 25 años. Todavía recuerdo mis primeras impresiones. Sus inmensas eras salpicadas de casetas de adobe en las afueras del pueblo. Y la casa de la molinera, que me vendía leña de roble para mi chimenea. Y la iglesia pequeña, repleta de pastores; de ángeles revoltosos; de hombres sabios de pueblo; de teólogos de andar por la cocina; de una Virgen niña, recatada y blanquecina; de un viejo canoso con un bastón seco en las manos secas, y un nardo florido, de punta de flecha... de un Niño dormidito y tierno, rebujado en pajas, arropado en fajas, arrullado en voces desde la majada... y de un cielo azul tapando el retablo, cuajado de estrellas de plata.
La historia, - o el cuento - de hoy, comienza de aquesta manera:
PREGONERO.-
Por orden de Su Alteza Octaviano César Augusto, se hace saber:
Que todo el mundo tiene
que empadronarse en su pueblo,
villa o ciudad,
de donde cada uno descienda
o bien sea natural,
que así lo dispone
Su Alteza Imperial
bajo pena capital...
Autores: María CAMPOS, y José Luis PUERTO.
Publicado en: REVISTA DE FOLKLORE, Caja España, Fundación Joaquín Díaz.
No te pierdas el completo. No des por perdido este tesoro de un pueblo. Si tú quieres, ¡si todos queremos!, se puede poner voz, ruidos melodiosos, y gargantas piadosas... No dejes de leerte, (picando en este enlace)
entero, este "Misterio".
Y recuerda: ¡no está perdido!. ¡La "pastorada" no está perdida!
Si te has leido ¡entera! la pastorada te voy a poner,
como premio por el esfuerzo, esta canción:
La Virgen va caminando
...
