"croniria"


Prólogo: Otoño (tipoema, poesía virtual)


Etimilogía gramática de la palabra inventada, Croniria:
Cronos (en griego Κρόνος , Krónos, tiempo) según los fenicios fue un gobernante descendiente de Caín, que fundó la ciudad de Biblos, en el actual Líbano). Biblos pasó a los griegos como libro, "que está formado de palabras". (Yo diría que es todo un símbolo). Oniros (en griego Ὄνειροι , Oneiroi, ‘sueños’): eran las mil personificaciones de los sueños.

"La leonesa Raquel Lanseros se alza con el premio de poesía de Baeza"

¿De dónde son los poetas? ¿Y las poetisas? Aunque poeta es un verbo sin género. Da lo mismo ser hombre o hembra, si se eschucha a un/a poeta. Da lo mismo ser poeta o poetisa, si se escribe poesía. Raquel Lanseros (reciente Premio de Poesía "Antonio Machado" de Baeza) nació en Jerez; aunque ha crecido muchos años en León. Y en muchos sítios. Da lo mismo que sea leonesa, o gaditana. Sus palabras pueden ser verbos en "siete idiomas". De ello presume. Y nosotros, los leoneses, presumimos de Raquel Lanseros. Aunque da lo mismo que seamos leoneses, si somos sensibles a los verbos de la poesía.

Siete lenguas son pocas para Raquel Lanseros. Y se ha inventado una: la poesía. Se ha ayudado de una, universal, humana, sin género. Y hasta ha inventado una palabra, que describe "la unión del tiempo y la ensoñación" de todos los humanos. El vocablo es Croniria. Una fusión de cronos y oniria. Una palabra digna de un alma sensible. Palabra (alma) que es la parte espiritual e inmortal del ser, capaz de entender, querer y sentir, que constituye la esencia humana. Y Croniria es una palabra digna de un premio. Seguro.

Un ejemplo de "otras lenguas" de Raquel Lanseros:

INVOCACIÓN

Que no crezca jamás en mis entrañas
esa calma aparente llamada escepticismo.
Huya yo del resabio,
del cinismo,
de la imparcialidad de hombros encogidos.
Crea yo siempre en la vida
crea yo siempre
en las mil infinitas posibilidades.
Engáñenme los cantos de sirenas
tenga mi alma siempre un pellizco de ingenua.
Que nunca se parezca mi epidermis
a la piel de un paquidermo inconmovible,
helado.
Llore yo todavía
por sueños imposibles
por amores prohibidos
por fantasías de niña hechas añicos.
Huya yo del realismo encorsetado.
Consérvense en mis labios las canciones,
muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.

Por si vinieran tiempos de silencio.


(De Diario de un destello, Ed. Rialp, Madrid, 2006)


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Publicado en periodismo ciudadano, de leonoticias.com

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